BUENOS AIRES

Hay tres distritos semiinundados, y aseguran que todavía falta lo peor

Adolfo Alsina y Guaminí, y Puan en menor medida, tienen gran parte de su territorio bajo agua. Los caminos rurales están comprometidos. Muchos productores no pudieron terminar de cosechar y peligra la siembra fina.

La Nueva Provincia
10 de Julio de 2017

10-07-17  Poblaciones comprometidas, caminos anegados y cortados, campos inundados, producción láctea y agrícola que no puede sacarse a tiempo, chicos y docentes que no llegan a los caminos rurales, y establecimientos y cuadros usados como caminos alternativos para sortear trayectos bajo agua, por nombrar algunos casos.

Como ya ocurriera el año pasado en los distritos de Adolfo Alsina, Guaminí y Puan, las lluvias nuevamente están causando varios dolores de cabeza a los sectores agropecuarios, político y la población en general. Y si se tiene en cuenta que se espera que las precipitaciones se mantengan firmes hasta septiembre por lo menos, como reconocen altos funcionarios municipales de estos tres partidos, lo peor aún no ha llegado.

Todavía es muy temprano para hablar de pérdidas totales o parciales, o de cantidad de hectáreas afectadas. Pero al observar el mapa (ver aparte) se puede notar a simple vista que gran parte de los distritos se encuentra bajo agua o comprometidos, y que no es una cuestión para tomar a la ligera.

Lo concreto es que de los 1.400 kilómetros de caminos vecinales que tiene Guaminí, hoy en día solo 140 kilómetros está en condiciones de transitarse, por lo que varias localidades han perdido el contacto entre sí.

El norte es el sector más comprometido por el agua, aunque el sur también tiene sus complicaciones; y muchos productores por lo bajo acusan a algunos colegas de canalizar sus campos para que el agua acumulada derive en establecimientos vecinos.

En Adolfo Alsina, el oeste del distrito se encuentra comprometido, en una curva imaginaria que rodea al lago Epecuén, y va desde el sur hacia el norte. Allí, los principales problemas se dan en las vías de comunicación, más allá de que también hay agua en los campos.

En todas las localidades ya se alcanzó o superó la media anual de precipitaciones, y en algunos lugares no se pudo terminar la cosecha gruesa; ni tampoco se puede pensar en la siembra fina, que para esta altura del año debería estar en marcha. La situación se repite en los distritos que están al norte, como Salliqueló y Tres Lomas.

Más aliviado

Puan es el territorio más aliviado de todos, pero igualmente tiene problemas. A manera de ejemplo, se explica que la mayoría de los trabajos realizados de acondicionamiento, limpieza y levantamiento de bajos en los caminos del norte y centro-oeste del distrito, se terminaron perdiendo producto de las copiosas lluvias de la primera mitad del año.

"En el primer semestre ya superamos la media anual de lluvias", cuenta el titular del Producción, Celso Castillo.

Este es el tercer año consecutivo en que se dan precipitaciones de esta envergadura, que terminan golpeando al bolsillo y a las expectativas del productor.

Las inundaciones no terminan siendo un gran inconveniente, gracias al declive natural que el sector norte de Puan tiene hacia el sur de Adolfo Alsina -hay 100 metros de diferencia de altura entre ambos distritos-, que ayuda a aliviar la situación.

"Las napas están muy altas y se ve el crecimiento de todas las lagunas. Por ejemplo, la de Puan ya creció entre 40 y 50 centímetros de altura desde principio de año", dice.

La situación más complicada se da en el triángulo geográfico que tiene como vértices a las localidades de Darregueira y Puan, y al extremo norte del distrito, sobre Erize. Allí, como ya pasara el año pasado, el agua se ha acumulado en los caminos rurales, cortándolos e impidiendo que los tamberos puedan retirar la producción diaria.

A esto se suma el desborde de la laguna La Salada, al norte de Darregueira, que desagota -por un sistema de canalización- detrás de Esteban A. Gascón, inundando todo un campo.

Esa es, entre otras, una de las razones por las cuales casi la mitad de Adolfo Alsina está bajo agua. Con alrededor de 1.500 kilómetros caminos rurales anegados, cortados o intransitables -de los 3 mil que tiene el distrito-, desde Carhué se mira el pronóstico de lluvias con mucho nerviosismo, tanto por el territorio afectado como por la crecida de la laguna Epecuén.

En los campos, el nivel de agua en las napas es tal que la humedad aflora naturalmente en los bajos. Ya son varios años de lluvias que complican al sector rural, con caminos que se arreglan -en parte- durante el verano y vuelven a romperse con las precipitaciones.

"A esta altura, el año pasado estábamos mejor -reconoce el intendente David Hirtz-. La situación que tenemos hoy en día es similar a la que se da normalmente durante la primavera. Entonces, estamos potencialmente peor respecto a otras ocasiones".

Además, señala que los trabajos de mejora y reacondicionamiento de los caminos rurales están generando un fuerte impacto en el presupuesto municipal, con gastos no previstos en combustible, alquiler y contratación de maquinaria pesada u horas extra de personal municipal.

"No estamos lejos de que algunas personas puedan quedarse encerrados en sus campos por la acumulación de agua, como ya nos pasó el año pasado. Hay algunos lugares donde es muy complicado entrar y salir", asegura.

Emergencia

Según el intendente de Guaminí, Néstor Alvarez, si bien todo el distrito está complicado por la inundación de los campos y caminos rurales, en las localidades de Casbas y Garré se está viviendo una "situación de emergencia" por el avance del agua sobre el ejido urbano.

En cuanto a la parte rural, en el norte del distrito, los sectores más complicados son la zona del paraje La Indiana y la estación Victorino de la Plaza; en la zona sur, el paraje Casey y la población de Arroyo Venado.

En Garré está ingresando agua desde los distritos de Tres Lomas y Salliqueló; mientras que en Casbas solo se ha visto afectado un barrio, y en el lugar se están llevando a cabo obras para evitar el avance del agua.

"Estamos viviendo una situación complicada, y en estos momentos estamos dando prioridad a las poblaciones -señala-. Hoy tenemos a más de la mitad de los caminos rurales del distrito inundados e intransitables".

Por lo pronto, ya tiene a disposición un par de vehículos Unimog pertenecientes al RIMEC Nº 3 de Pigüé, para asistir a los chicos que concurren a escuelas rurales.

"Los chacareros hacen reclamos constantes. Pero cuando se tienen 50 centímetros de agua sobre los caminos ¿qué se puede hacer?", cuenta.

De todos los caminos rurales principales, solo se encuentra transitable el que une Bonifacio con Alamos. En cambio, están cortados los caminos que van de San Fermín a la ruta 85; desde estación Rolito a la misma ruta; de Arroyo Venado a Carhué; de Casey a Bonifacio; de Victorino de la Plaza a la ruta 33; desde Salliqueló a Fatraló, y de Huanguelén a La Nevada.

Por otro lado, reconoce que las lagunas del sistema Las Encadenadas se están cargando de agua, y que si bien la de Guaminí todavía soporta nuevos aportes, Alsina "está repleta". Si bien este espejo de agua está catalogado como el reservorio del sistema, no es descabellado pensar que la Provincia considere derivar aguas hacia abajo.

"De pasar agua, tendríamos que hacerlo hacia Epecuén. Pero eso lo tiene que definir el área de Hidráulica bonaerense", admite.

Dos semanas sin clase porque no se puede llegar al colegio

Las lluvias e inundaciones no complican solo al sector productivo de Puan, Adolfo Alsina y Guaminí, sino también a la población de los campos. Por ejemplo, para los alumnos de una escuela rural, llegar a clases muchas veces es una tarea imposible.

Si para muestra basta un botón, los obstáculos que día a día deben sortear los siete alumnos, la maestra y la portera de la Escuela Nº 7 Pedro Arancet, en Murature, son un claro ejemplo de lo que ocurre en toda la zona.

Con caminos completamente cargados de agua desde hace varias semanas, la maestra Claudia Peralta debe recorrer unos 30 kilómetros, desviándose hacia la localidad pampeana de Anchorena a través de algunos campos, en vez de los habituales 10 que debe realizar por camino: la calle que normalmente se utiliza está llena de agua y no puede sortearse en auto.

Para los chicos tampoco es sencillo. Algunos viajan con la docente, pero otros lo hacen desde campos cercanos. Eliana Martín, la madre de dos de ellos, contó que en varias ocasiones debieron hacer el trayecto en tractor, ya que ni siquiera con una camioneta se podía pasar.

"Esta situación viene desde el año pasado, y empeoró después de las lluvias de marzo. Sin continúa lloviendo, no vamos a poder pasar de ninguna manera", remarcó.

El último mes, la situación fue tan difícil que hubo dos semanas enteras en las que no se dictaron clases.

"Está corriendo de los cuadros para la calle. Rebalsa por todos lados, y esto se da en todos los campos de la zona", concluyó.

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