AGRICULTURA

Trigo: el fusarium neutralizó la mayor área sembrada

En el centro norte santafesino la superficie creció más del 15%, pero por efecto de la humedad los rendimientos fueron muy menores y la producción total se mantuvo casi sin cambios.

12 de Enero de 2018

 12-01-18 Un trabajo del Centro de Estudios y Servicios de la Bolsa de Comercio de Santa Fe analizó el resultado económico de la campaña de trigo 2016-2017 en el centro norte de la provincia de Santa Fe, en la que hubo un importante crecimiento de la superficie sembrada que no pudo capitalizarse en igual medida en toneladas cosechadas, producto del impacto que las condiciones húmedas tuvieron sobre el cultivo.

El trabajo toma como base los datos del Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA). En los doce departamentos que componen el centro-norte santafesino, se sembraron 309.000 hectáreas con trigo en la presente campaña, de las cuales fueron cosechadas 308.750. Estas cifras muestran un incremento del 15,1 y 16,1% respectivamente, en relación a los guarismos del ciclo agrícola previo: se habían sembrado 268.500 hectáreas y cosechado 266.000.

Sin embargo, a pesar de haberse destinado una mayor área al cultivo, la producción tuvo un alza de apenas el 0,6% respecto a la campaña 2016/17, llegando hasta las 923.034 toneladas. Esto fue a raíz de los menores rendimientos obtenidos, que promediaron los 29,9 quintales por hectárea para el centro-norte. En la campaña anterior habían sido de 34,5 quintales por hectárea.

Aunque en todos los departamentos monitoreados los rindes fueron menore al año pasado, fueron buenos a muy buenos en los departamentos del sur, buenos rendimientos en el centro, y regulares en el norte provincial. La calidad en general fue buena, con la salvedad de aquellas regiones y lotes que sufrieron con mayor intensidad las enfermedades y el exceso de humedad.

Las razones de esta menor producción por hectárea se deben en gran medida a los problemas de humedad y ataques de fusariosis en el desarrollo del cultivo, que afectaron los rendimientos y la calidad del cereal, los cuales se fueron haciendo más marcados conforme nos movemos hacia el norte del área de estudio.

Esto, a pesar de que en esta campaña se contó en general con una mayor utilización de tecnología aplicada al cereal, que ya venía de registrar un incremento significativo el año anterior.

En cuanto al resultado económico para el productor, los resultado también fueron dispares, pese a que a la fecha de la cosecha el precio promedio de la tonelada de trigo fue 7,5% superior al valor de la campaña anterior.

El trabajo del CES analiza lo ocurrido en el departamento San Justo, con un rendimiento promedio de 27 qq/Ha, y en el departamento General Obligado con rinde promedio de 15 qq/Ha, siempre analizando el resultado en campo propio.

En el departamento San Justo, la rentabilidad promedio fue U$S 33,1 por hectárea, en tanto que en Gral. Obligado, la pérdida promedio se ubicó en U$S 8,4 por hectárea. En ese cálculo, no están incorporados los impuestos que el productor debe pagar al Estado, sea éste nacional, provincial o municipal.

Al respecto, el CES recuerda el informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), que consignó que la participación del Estado en la renta agrícola del trigo alcanzó a finales de 2017, el 66.9%, siendo el segundo cultivo que más carga fiscal sufre, después de la soja.

Fuente: El Litoral Vespertino

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