GANADERÍA

El "boom exportador" y el mito de la carne cara

El IPCVA explica que en el último año, la suba de precios de la carne vacuna fue inferior a la inflación y al resto de los alimentos.

15 de Agosto de 2018

 El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina emitió un informe que derriba algunas creencias de la carne como uno de los alimentos más caros. En el estudio, explican que, en el último año, la suba de precios de la carne vacuna en carnicerías y supermercados fue inferior a la inflación general.

Al mismo tiempo, indican que crecieron fuertemente las exportaciones y se consolidó el consumo interno. Los precios en los mostradores, incluso, se incrementaron mucho menos que los de otros alimentos, como el pan, la harina, el filet de merluza, los huevos, la lechuga o la yerba mate.

Desde el IPCVA aseguran que se da "un contexto inflacionario y de bolsillos flacos en los que se pierde la noción de los valores", pero resaltan que sin embargo, la carne vacuna se mantuvo claramente por debajo del índice general de precios.

"No se puede decir que la carne sea barata, porque lo caro o lo barato depende del ingreso de cada uno, pero sí que la carne sigue siendo un alimento accesible para los argentinos", sostuvo Ulises Forte, Presidente del IPCVA, y destacó que "comparada con otros alimentos, es rica, nutritiva y rendidora. Con un kilo de milanesas come una familia".

Tomando el período junio 2017-junio 2018, los distintos cortes de carne vacuna registraron un aumento promedio del 24,5%, mientras que el índice general de precios se ubicó por encima del 30%.

Yendo específicamente al rubro alimentos, las subas en carne vacuna estuvieron por debajo de otros alimentos esenciales, como el pan (42%), la harina (96%), los fideos (51,7%), el filet de merluza (35,9%), el aceite (38,4%), los huevos (56,3%), la lechuga (65,9%), la yerba mate (34,1%) e incluso el pollo (32,5) el principal alimento "sustituto" de la carne vacuna.

"Esto explica claramente que el consumo de carne en el mercado interno sea estable e incluso haya incrementado en los últimos meses, mientras que la demanda de otros alimentos se retrajo", explicó Forte.

CONSUMO VS EXPORTACIÓN

Forte insistió que en la situación actual derriba definitivamente un mito arraigado en la sociedad "y también en algunos ex funcionarios que cerraron o restringieron las exportaciones con el argumento de que las ventas externas hacían subir los precios del mercado interno".

De hecho, los números indican que las exportaciones de carne vacuna -con el "fenómeno China", a la cabeza- crecieron en volumen un 63% en el primer semestre del 2018 y el consumo interno, en ese mismo período, también aumentó un 2,5% (de 55,8 kg a 57,2 kg/hab/año).

"Lo que ocurre -continuó Forte- es que las exportaciones son complementarias. En líneas generales a Europa le vendemos los cortes premium, a Chile e Israel los del cuarto delantero, a China los garrones, brazuelos y cogotes de vaca, y nos quedan a los argentinos el asado, el matambre, el vacío y la cuadrada, que son los cortes que más consumimos y más nos gustan".

En sus palabras, mientras más carne se exporte, más disponibilidad de esos cortes va a haber en el mercado interno, a precios razonables, mientras que la política "anti-exportadora" que el titular del IPCVA le critica a la gestión anterior, practicamente "destruyó a la cadena de ganados y carnes".

Si las previsiones para este año son correctas, la Argentina exportará en 2018 unas 420.000 toneladas de carne vacuna, cerca de un 15% del total producido, acercándose al 80-20 (80% de consumo interno y 20% de ventas al exterior) que reclama la cadena de ganados y carnes como punto de equilibrio.

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