Apicultura

Hogar de las Abejas

Una forma didáctica de conocer el apasionante mundo de las abejas a través de los tiempos. La historia de ese original museo y su creador en El Pueblito, Córdoba.

Bettina Cucagna
18 de Noviembre de 2013

 Salsipuedes es una sorprendente localidad en las Sierras Chicas de Córdoba donde el aire es limpio y los cálidos días dan paso a frescas noches estrelladas. Durante mediados del siglo pasado la ciudad fue visitada por estrellas del cine nacional y del mundo.

Caminatas, paseos en bicicleta y la observación panorámica a través de “El Mirador” la transforman en un destino imposible de ignorar cuando decidimos visitar la provincia de Córdoba. Viajando hacia el norte rumbo a Ascochinga y antes de Agua de Oro, El Pueblito, muy cerquita de Salsipuedes, seduce con el aroma a miel recién extraída. Allí una exposición de Apicultura declarada de interés Provincial y Municipal invita a descubrir los secretos del “elixir milenario”en El Hogar de las Abejas, un museo que revive la historia de los panales, el sabor de la miel, la jalea real, y el polen. Este maravilloso lugar permite conocer la vida interior de una colmena y también a su creador, Eduardo Ignacio Gaitán, un polifacético hombre que brinda toda su sapiencia con una sonrisa y mucho de humor.

Consuma miel y gozará de buena salud” afirma luego de saludar amablemente e invitar a su “lugar en el mundo”. La visita comienza con un recorrido por una serie de reproducciones de las distintas colmenas que se utilizaron a lo largo de la historia. Ascender por esa geografía bien cordobesa supone dirigirse hacia el lugar donde la “dulzura” embarga el alma,  y la pasión por las abejas, emociona.

 Eduardo desciende de abuelo y padre apicultores y desde joven junto a su esposa, se dedica a demostrar los nobles beneficios de estos simpáticos insectos, las abejas.

“Las abejas son sociales, ambiciosas y se “roban” para alimentarse. En verano viven 45 días y mueren de cansancio. Son un ejemplo,  ya que no trabajan para ellas sino para otras generaciones. Les aconsejo que coman polen porque este alimento tiene 11 aminoácidos y todas las vitaminas. ¡Si consumen miel, que sea pura!” recomienda Gaitán.

UN PEQUEÑO PANAL EN EL MUSEO

Lalo, como lo llaman aquellos que lo aprecian,  asegura que las abejas son “su mundo” y el Hogar de las Abejas, “el lugar donde es feliz”, el cual fue edificando con años de trabajo y placer.

Encontrar un Museo de Apicultura en un pintoresco camino cordobés,  y adentrarse en la mística de este hermoso lugar  es un regalo. La visita guiada dura aproximadamente una hora y entre fotografías, elementos para extraer la miel, artículos de investigación sobre las abejas y sus beneficios se produce la maravillosa “ida y vuelta” con su creador, quien contesta cada pregunta con exactitud y mirada cómplice mientras afirma: “Esto es una bendición”.

También pudimos conocer una pequeña colmena con cría de reinas en forma artificial. Allí conviven las abejas,  nodrizas, exploradoras, quienes bailan para mostrar dónde está el néctar; las guardianas quienes “pican” con el aguijón ubicado en sus colas; acopiadoras, ingenieras también  acompañan a la Reina en la elaboración de miel.

El propietario de este “paraíso dulce” con su santa paciencia y una lamparita eléctrica muestra a la “abeja Reina”, la que pone los huevos, la más grande, la “perfecta” pero no la que manda. Esa tarea la realizan las abejas “directoras”, jóvenes y con todo el carácter para esa difícil actividad. Pero la vida de la Abeja Reina es acomodada, ya que se la ve  rodeada de un séquito real que se dedican a asearla y cuidarla. 

La colmena es un tesoro de sabor y salud donde se fabrica miel pura, un alimento superior; allí también se extrae jalea real, importante reconstituyente general del organismo, propóleos y el alimento para las crías de las abejas: polen,  tónico energético que aporta innumerables beneficios a la salud humana.

El Hogar de las Abejas ofrece un paisaje natural de equilibrio y belleza y propone conocer a un hombre apasionado por el mundo de las abejas que además, pinta al óleo, colecciona herramientas antiguas, disfruta de los paseos en moto por las sierras cordobesas y junto a su esposa, rinde culto a la vida sana, demostrando que la felicidad existe y se obtiene haciendo lo que apasiona.

“Un lugar sorprendente, didáctico, único. Si en algún momento tuvieron el deseo de entender un poco más sobre la vida de las abejas, su relación milenaria con el hombre y de cómo se producía y produce la miel, quizás éste sea el lugar para ustedes” afirma Pietro Sorba en su libro “Sabores de Córdoba, el Camino Real y su Gente”.

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