Maquinaria

Pilotos automáticos: ¿son suficientemente seguros?

Como toda tecnología tiene sus riesgos, que el autor cree "no están debidamente internalizados por los usuarios de estos equipos".

Sergio Onocko
13 de Octubre de 2016

Desde su irrupción en el mercado, las tecnologías de precisión no han dejado de crecer en aplicaciones y en usos en el ambiente agrícola. Nuestro país es, de hecho, uno de los líderes mundiales en adopción de estas tecnologías y hasta nuestro INTA tiene un evento anual dedicado únicamente a este tema (se realizó en Manfredi, Córdoba, el 28 y 29 de septiembre; sobre lo cual ampliaremos en nuestra próxima edición).

Lo que hasta hace pocos años era un sueño, se hizo realidad: las máquinas se operan en gran parte solas y esto es gracias a los pilotos automáticos. Estos equipos usan la ubicación que brinda la tecnología GPS (sistema de posicionamiento global, por su sigla en inglés) para automatizar y hacer más precisas muchas tareas rutinarias en el agro, como lo es el seguimiento de la líneas de siembra, pulverización o cosecha, entre otras. Se gana eficiencia y productividad. Por ejemplo en cosecha, con plataformas cada vez más grandes de hasta 12 metros de ancho de labor, el operador debe conducir la cosechadora cortando ese ancho de trabajo y a la vez dirigir las descargas a la tolva autodescargable que se aproxima a su lado. Instintivamente, para asegurar el trabajo, el operador aumenta su margen de seguridad y entonces termina cortando 10 o 15% menos. Con el piloto esto no ocurre, el operador deja la conducción en manos del piloto y se concentra en la tarea de descarga, aumentando la capacidad operativa real del conjunto.

Los pilotos automáticos pueden ser equipos adaptables a máquinas antiguas o bien ser equipamiento estándar o integrado como ocurre en los equipos de última tecnología. Los primeros se acoplan al volante del equipo ya sea mediante un rodillo de mando o bien una cremallera inferior y son de accionamiento eléctrico. Los segundos son instalados sobre la bomba de dirección, también llamados hidráulicos. Hay diversas formas de corrección que brindan precisiones de hasta dos centímetros. En ambos tipos, existen ya equipos en el mercado que pueden realizar hasta los giros en cabecera en forma automática.

Los beneficios son grandísimos, ya que los márgenes de error de trabajo entre pasadas son de apenas pocos centímetros, superando a los operadores más eficientes, pero además estos equipos no sufren el agotamiento que sí posee la mente humana, lográndose así que este nivel de calidad de trabajo se mantenga a los largo de las extensas jornadas laborales del campo.

Como toda tecnología tiene sus riesgos, que creemos no están debidamente internalizados por los usuarios de estos equipos. Así como nadie duda de los beneficios de la telefonía celular, tampoco se ignoran los riesgos que genera conducir un automóvil y escribir mensajes en el teléfono a la vez. Los pilotos automáticos son máquinas que asisten al piloto real, de carne y hueso, que hasta ahora no ha sido posible reemplazar.

Por esto no contribuye que las empresas muestren sus equipos en las exposiciones agropecuarias sin el operador en la cabina, cosa que se ha visto este año. Esto si bien hace notar al potencial cliente, la automatización total del equipo, induce al error en su uso. El operador humano es una necesidad aún insustituible. 

(Más información en edición impresa de revista Chacra - octubre)

Etiquetas:
Suscríbase para recibir notificaciones importantes
CHACRA desea enviar noticias de primerísima mano.
Para aceptar basta con hacer click en el botón "Permitir"