La "vacuna" para cultivos ya se encuentra en desarrollo
Científicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) desarrollaron una nanoemulsión que estimula el sistema de defensa de las plantas sin dejar residuos químicos
En un contexto donde la agricultura busca reducir su dependencia de productos de origen industrial, un grupo de investigadoras cordobesas dio un paso innovador hacia alternativas más seguras y sustentables. Se trata de una "vacuna vegetal", que busca fortalecer el sistema inmune de las plantas para que puedan defenderse de bacterias, hongos y plagas sin recurrir a pesticidas sintéticos.
El desarrollo está a cargo de Georgina Fabro y María Laura Fanani, científicas de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), quienes trabajan desde hace años en mecanismos naturales de defensa vegetal. Su propuesta consiste en una nanoemulsión, una mezcla de diminutas gotas que transportan aceites esenciales de tomillo, ruda y árbol de té, conocidos por sus propiedades antifúngicas y repelentes.
La innovación principal está en la capa que recubre las gotas. Esa envoltura contiene ramnolípidos, unas moléculas generadas por microorganismos del suelo. Cuando las plantas entran en contacto con ellas, las reconocen como una señal de posible ataque y activan su sistema de defensa, quedando preparadas para reaccionar más rápido ante futuras amenazas.
Esa reacción no genera daño ni estrés significativo, pero deja a la planta "entrenada" para resistir futuros embates. Al estar elaborada con ingredientes naturales y completamente biodegradables, la nanoemulsión no se acumula en el suelo ni deja residuos en los alimentos. Fabro sostiene que: "Es una ventaja clave frente a los agroquímicos tradicionales, muchos de los cuales tienen restricciones en mercados internacionales como Europa".
Foto de izquierda a derecha: María Laura Fanani, Georgina Fabro, Jessica Valdivia Pérez, Milagro Mottola, María Victora López Nota Francisco, Lucille T. Kourdova y Nicolás Tamagnone. Fuente: unciencia
La tecnología para producir estas gotas nanométricas representó un desafío importante. "Tuvimos que combinar componentes que normalmente no se mezclan, como agua y aceite, utilizando un sonicador que emite vibraciones de alta frecuencia para romper las gotas y mantenerlas estables", detalla Fanani.
El proyecto, iniciado en 2019, recibió recientemente un impulso clave: un financiamiento de 7,98 millones de pesos otorgado por el Fondo de Innovación Social y Tecnológica (FITS) de la UNC. Gracias a ese apoyo, las investigadoras podrán producir la nanoemulsión a escala piloto y comenzar las pruebas en condiciones reales de campo.
"Nosotras trabajamos en el laboratorio, pero en el campo intervienen factores como el sol, la humedad o la presencia de múltiples patógenos. Es el entorno ideal para validar nuestra formulación", señala Fabro.
Las pruebas comenzarán en cultivos de maíz, soja y trigo. Además, se planea evaluar la eficacia de la nanoemulsión como desinfectante de semillas. "Queremos ver si el tratamiento previo puede reducir la presencia de microorganismos dañinos en las semillas y, al mismo tiempo, potenciar su sanidad desde el inicio del ciclo productivo", adelanta Fanani.
Si los resultados acompañan, la "vacuna vegetal" podría marcar un antes y un después en el manejo sanitario de los cultivos, ofreciendo una herramienta que combine rendimiento, inocuidad y respeto por el ambiente. Un paso más hacia una agricultura verdaderamente sustentable, nacida en los laboratorios de Córdoba.