Más vacas como objetivo a mediano plazo
En el sureste entrerriano, Estancia Centella busca potenciar su ciclo completo aprovechando ambientes que ya no reditúan con la agricultura. Empezarán por multiplicar las madres para llegar a una producción de 3 millones de kilos de carne.
La ganadería vuelve lentamente a ocupar los espacios que le quitó la agricultura en tiempos de los grandes precios granarios. Por cierto, en Estancia Centella tienen un plan a 2021 para reincorporar estos lotes a la actividad pecuaria. "En ese lapso vamos a expandirnos de 2.500 a 4.500 vientres. Eso demanda una mayor área de praderas; merced al concurso de estos lotes marginales para la agricultura iremos de 2.500 a 4.500 hectáreas de pasturas. Así esperamos pasar de 1.5 millones de kilos a 3 millones de kilos de carne vacuna producidos aquí", explica a CHACRA Fernando González, gerenciador de este establecimiento ubicado en el sudeste entrerriano propiedad de La Biznaga, la empresa que administra el negocio agropecuario del grupo Ledesma. González tiene una visión positiva del futuro de la ganadería. "Hoy las reglas son mucho más claras, no hay ninguna aleatoriedad que sume riesgo innecesario al que es propio del negocio", asegura aludiendo al final de tiempos caracterizados por un fuerte intervencionismo.
La ganadería en Centella es complementaria de la agricultura. En este campo se distinguen a grandes rasgos dos ambientes: aquellos considerados "sembrables", en los cuales se ubican los cultivos comerciales y las pasturas, y el ambiente de monte donde se hace ganadería de cría. Así, las 26.700 hectáreas incluyen 6.000 de monte y unas 2.500 de praderas; el resto está destinado a la agricultura. "En el negocio ganadero analizamos todas las etapas por separado. Antes de ingresar en cada segmento lo estudiamos y proyectamos, y si nos conviene entramos en él, de lo contrario lo evitamos. De tal modo, cuando nuestro novillo se acerca a los 300 kilos proyectamos el corral y si no nos asegura un rédito razonable vendemos la hacienda recriada por un lado y el maíz por el otro", explica nuestro entrevistado.
De una punta a la otra
En Centella predomina un esquema de ciclo completo, que ya cuenta con la habilitación para generar novillos destinados a la cuota 481 en el feedlot del establecimiento.
Todo arranca con un planteo de cría, en el monte, en el que se destaca el entore de vaquillonas de quince meses. "Por cierto, se trata de un entore precoz, por lo que a esa hembra joven le damos desde el destete una alimentación especial. Dependiendo del peso al momento de separarla de la madre puede ir directamente a una pradera o pasar por un corral de inicio, en el cual se acelera su crecimiento", detalla González. El entore a quince meses se hace por inseminación artificial a tiempo fijo (IATF) y luego se repasa con toros propios de la cabaña, que garantizan bajo peso al nacer y minimizan los problemas de parto.
El esquema sigue con la recría de machos y hembras de reposición sobre praderas. Una vez cumplida esta etapa el novillo entra al corral -en caso de que reditúe- con un peso en torno de los 300-320 kilos y en el encierre se termina con 420-440 kilos, dependiendo del peso de ingreso.
Cría aceitada
En el monte interesa desde luego un buen servicio, pero no hay que olvidar que es igualmente clave atender el parto. "Hace un par de años que estamos balanceando nuestra curva de forraje en primavera, retirando vientres desde el monte. Todo el pasto que no podemos aprovechar con las categorías de invernada lo utilizamos con vacas generales que salen del monte, y eso nos permite mejorar el servicio -los toros trabajan en mejores condiciones sobre una pradera-, a la vez que hace que la gente le pueda dar una buena atención a los partos".
El monte de Centella se mantiene tal cual, incluso está declarado como área natural protegida, de usos múltiples, mediante convenio formalizado con la Dirección de Recursos Naturales de la provincia de Entre Ríos. "Por eso las intervenciones en el monte son prácticamente nulas; se puede llevar adelante un uso ganadero de baja carga, como de hecho hacemos, y otras prácticas como la extracción de determinadas especies de árboles, que no practicamos", puntualiza González.
Detalles de peso
Todo debe funcionar como un mecanismo de relojería. En la cría es clave tener una vaca ciclando al momento de servicio. El nivel corporal con que la hembra entra al servicio correlaciona muy bien con la posibilidad de obtener un celo fértil y una gestación exitosa. "Una herramienta que habitualmente usamos para manejar esta cuestión es el destete precoz; si bien no es una práctica que se utiliza todos los años nos permite mejorar la condición de la vaca, y por ende la preñez. Lo mismo con la salida de la hembra del monte a la pradera".
En cuanto al manejo forrajero, y dado que la oferta de Centella es excedentaria en primavera, durante el invierno se sobrecargan las praderas, un proceso que denominan pastoreo restringido. Es decir el ternero no come a voluntad sino que se alimenta en parcelas que el personal asigna cada tres días, de una dimensión tal que permita bajar la demanda del animal joven sin comprometer su crecimiento, para luego en primavera aprovechar el aumento compensatorio de manera de poder cosechar un volumen elevado de pasto y obtener la mayor cantidad de kilos logrados posible (alta eficiencia).
La recría a pasto es sin dudas una etapa clave. El manejo del pastoreo incide en la vida útil de la pradera y en la performance que va a tener el ternero. Es fundamental lograr potenciar ambas cosas. Y en el feedlot trabajan con dieta seca, integrada por granos de maíz, núcleo, pellet y fibra. "No estamos en contra de las dietas de base silo, lo que sucede es que el corral lo evaluamos de manera conjunta con el negocio del maíz y la dieta base seca nos permite entrar al encierre o no según la conveniencia económica, cosa que no podríamos hacer si tuviésemos silo; podríamos quedar cautivos de un negocio que en un año puntual no resulte redituable en la competencia con la venta del maíz como grano".
El año pasado, tras la quita de retenciones al maíz y el sinceramiento cambiario, el corral perdió competitividad; ahora está acercándose a una condición más razonable. Es muy importante que el personal racione a partir de una buena lectura de comederos y esté atento a lo que pasa en el corral. Desde luego influye tener instalaciones adecuadas, con buen piso, un drenaje correcto y agua fresca permanente.
Cadena forrajera
El pasto también juega un rol destacado. "Actualmente tenemos una base de praderas polifíticas, con gramíneas y leguminosas -subraya González-. Todos los años se ajusta algo; ahora venimos trabajando especialmente la fertilización. Vamos formulando distintas mezclas para diferentes ambientes: básicamente una para las áreas de mediano y alto potencial y otra para los lotes menos favorecidos. En cuanto a la forma de comerlas, hace dos años realizamos un estudio de producción de forrajes por medio de imágenes y ajustamos nuestra curva forrajera anual y en función de la tasa de crecimiento de los distintos recursos (praderas de 1, 2 3, y 4 años) determinamos el manejo y la carga animal que vamos a usar durante el año. Eso está protocolizado y tenemos un programa interno de la empresa que hace que el personal ganadero maneje el pastoreo con absoluta independencia".
En Centella no hay dudas sobre el futuro de la actividad pecuaria. "Somos optimistas con la ganadería y también con la agricultura. Hay que hacer cada cosa en su lugar y de la mejor manera posible". Excelente definición, por cierto.
(Más información en revista CHACRA de julio 2017)

