Malezas

Criterio: una demanda del ambiente, los cultivos y el bolsillo

La intensificación de aplicaciones contra las malezas duras genera un gran riesgo: el daño ambiental

1 de Agosto de 2017

 

¿La realidad modificó el mercado de agroquímicos o los agroquímicos modificaron la realidad? Depende donde se ponga el punto de partida para el análisis, la respuesta a la pregunta puede variar. Lo cierto es que, desde la óptica de Luis Mogni, analista privado y especializado en este mercado de agroquímicos, "hay que mejorar la eficiencia de las soluciones químicas para el control de las malezas resistentes y tolerantes, como parte de un ambiente de soluciones integrales".

Entonces, el analista brindó un dato que no deja lugar a dudas sobre la creciente presión de la problemática de malezas en Argentina y el mercado de herbicidas. Desde el año 2004 hasta el 2015, el consumo de herbicidas creció 2,5 veces y el mercado pasó de una facturación de 920 millones de dólares a 2.500 millones.

Según Mogni, esto se debe a varios factores, como la expansión del área en producción, el uso de tecnología en los cultivos y los cambios relativos en los precios de los productos. Sin embargo, advirtió: "el mercado argentino de productos sanitarios en 2015, estuvo dominado en un 72 por ciento por herbicidas (glifosato y no glifosato), lo cual indica que existe una fuerte problemática de malezas difíciles, por eso se intensificó en el uso de productos". Ante este contundente diagnóstico, Mogni alentó a los productores a "ocuparse" con estrategias de manejo eficientes.

En el año 2015 también hay otro dato que es interesante, plantea Mogni: "la mitad del mercado es glifosato y, la otra mitad, herbicidas no selectivos. Esto indica que se está haciendo un manejo diferencial de productos. Este tipo de decisiones en el uso de productos había sido moneda corriente para los productores antes de la llegada de la soja transgénica", manifestó.

Asimismo, señaló que el mercado de los herbicidas selectivos es "todo un mundo aparte" y que, actualmente, en Argentina, son diez los productos más empleados y principalmente asociados al uso de los barbechos: 2,4-D (activo principal para el control de malezas de hoja ancha), Cletodim (destinado fundamentalmente para el tratamiento de hoja fina), Haloxifop, Atrazina, Diclosulam, Atrazina más S-Metalocloro, Flumioxazim, Dicamba, Sulfentrazone e Imazapir.

En conclusión y teniendo en cuenta el progresivo crecimiento de la problemática de malezas en Argentina, Mogni dijo que, a pesar del incremento en el uso de herbicidas, el problema de las malezas resistentes sigue intensificándose. Así, queda claro que el control no puede sustentarse exclusivamente en soluciones químicas.

Este mayor uso de herbicidas y ciertos activos implica, por otra parte, diversos riesgos: la llegada de nuevas resistencias, la fitotoxicidad y la contaminación ambiental.

Respecto a este último aspecto, profundizó Jorgelina Montoya, especialista pampeana del INTA Anguil, que analizó sobre las implicancias de las persistencias de los herbicidas en los suelos. Luego de presentar una serie de características que hacen a la degradación de los productos que se aplican, Montoya fue directo al centro de la cuestión: "una larga persistencia del producto es interesante respecto del control de malezas, sin embargo, esto puede significar toxicidad en los cultivos ("carry over"), acumulación de residuos ("stacking") en el suelo o fuente de contaminación"., especialista pampeana del INTA Anguil, que analizó sobre las implicancias de las persistencias de los herbicidas en los suelos. Luego de presentar una serie de características que hacen a la degradación de los productos que se aplican, Montoya fue directo al centro de la cuestión: "una larga persistencia del producto es interesante respecto del control de malezas, sin embargo, esto puede significar toxicidad en los cultivos ("carry over"), acumulación de residuos ("stacking") en el suelo o fuente de contaminación".

Entonces, para un enfoque sistémico hay que mitigar el impacto de la persistencia de los herbicidas en los suelos, contar con herramientas estratégicas para la gestión ambiental y también tecnologías de detección y cuantificación de residuos.

Para comenzar, la experta sugirió varias medidas. La primera de ellas fue utilizar las dosis recomendadas para la zona; también evitar aplicaciones sucesivas de herbicidas de larga persistencia y de residuales del mismo modo de acción (promueve el "stacking"). Asimismo, destacó que es importante conocer la susceptibilidad del cultivo en la rotación a los residuos de herbicidas utilizados previamente e implementar el uso de cultivos de cobertura para la supresión de malezas, como forma de promover una alta actividad microbiana edáfica tendiente a detoxificar el suelo. Por otra parte, como una forma para determinar los niveles de productos en el suelo, se pueden realizar bioensayos en maceta para identificar presencia de residuos de herbicidas en suelo.


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