Análisis y tendencias

La producción de la región núcleo caería en casi 4 millones de Tn respecto del año pasado

La soja de primera se perfila con rindes de 33 quintales, muy lejos de los 40 que definía el año pasado. La expectativa en la de segunda se desmorona

BCR
19 de Febrero de 2018

19/02/18-La sequía limitaría a la campaña de soja a 16,8 M de Tn, 3,8 millones menos de toneladas respecto al periodo anterior. Con un 70% de los lotes en plano aumento de peso de semillas, el rinde promedio de la soja de primera se desploma cada día que pasa sin lluvias. Muy por debajo de las expectativas que se tenían para esta campaña, los rindes promedios se estiman en 33 qq/ha, 7 puntos por debajo de la campaña anterior. 1,2 millones de hectáreas ubicadas en el extremo sur de Santa Fe y al norte de Buenos Aires se las consideran entre regulares y malas condiciones. Sus rindes rondarían los 25 qq/ha. En Marcos Juárez ya se habla de una pérdida de 10 quintales de rendimiento. Los mejores lotes del área, el 15% de la región núcleo que fue la privilegiada por el paso de las tormentas, si bien mantienen altas expectativas también van descontando rinde. Hasta hace dos semanas se esperaban rindes que hasta podrían haber superado a las marcas del año pasado, o sea por encima de los 45 quintales. Hoy ya se hablan de marcas más moderadas que promediarían los 42 qq/ha. 

La soja de primera está dando una gran batalla por mantener sus semillas formadas sin deshacerse de las vainas más jóvenes, tratando de aplazar la pérdida de hojas. Pero la falta de agua le juega en contra. La situación es muy crítica y puede dejar graves consecuencias, advierten los técnicos. Es primordial que aparezcan las lluvias en los próximos días para mantener la condición y no bajar el peso de los granos.

El peor diagnóstico se lo llevan las sojas de segunda

El 55% de las sojas de segunda en la región núcleo se las clasifica entre malas y regulares. La productividad media se estima cercana a los 20 qq/ha, si no hay una pronta recuperación de las reservas hídricas. Se encamina así a quedar 10 quintales por debajo de la campaña pasada. La mitad de los lotes están floreciendo con un tamaño de planta muy reducido. El otro 50% ya está fructificando. Es crucial la presencia de lluvias para no seguir bajando rindes ni aumentar la pérdida de lotes. Las plagas típicas de la sequía, trips y arañuelas, complican aún más el panorama.

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