GANADERÍA

¿Cómo afectará la desaceleración de las compras chinas?

Según Rosgan, desde noviembre el país asiático ha comenzado a dar señales de un cambio de timón en su política de abastecimiento externo.

5 de Febrero de 2020

 De cara a un nuevo ciclo comercial, resulta ineludible contemplar el efecto que generará en la industria la desaceleración -al menos transitoria- de las compras chinas. 

Desde mediados de noviembre China ha comenzado a dar señales de un cambio de timón en su política de abastecimiento externo, que responde a una clara estrategia del gobierno chino para intentar contener el proceso inflacionario que ha comenzado a gestarse como consecuencia de la voracidad comercial exhibida por los principales importadores ante la crisis sanitaria.

El informe Rosgan, de la Bolsa de Comercio de Rosario señala que son cuatro los ejes principales de la estrategia conducida por el gobierno chino para navegar esta crisis. En primer lugar, la toma de acciones concretas para agilizar las habilitaciones de plantas proveedoras en todo el mundo, la decisión de habilitar el ingreso de carne desde Hong Kong, la liberación de miles de toneladas de carne de cerdo proveniente de almacenes estatales, reservados precisamente para atender casos de emergencia alimentaria. 

Por último, y quizás el más contundente, lo representa la determinación de cortar abruptamente la financiación otorgada a empresas importadoras sobre nuevos contratos de compra lo que conllevó a una paralización casi total del comercio así como a la renegociación de una gran parte de los contratos preexistentes.

El mercado vive un total desconcierto aunque persiste la confianza respecto de la necesidad de su demanda. Más allá de estas medidas, no cabe duda de que China seguirá comprando dado que aún mantiene un importante déficit de carne que demandará al menos un par de años resolver, señala el informe. 

En cuanto a los tiempos de la reanudación de la actividad comercial, las opiniones de los principales analistas se encuentran divididas entre quienes estiman que este freno comercial no se prolongaría más allá de febrero-marzo y entre aquellos, menos optimistas, que ven a esta situación sosteniéndose hasta mediados de año.

Pensando en la situación local, Argentina está trabajando con un nivel de oferta muy elevado. A diferencia de lo esperado, la desaceleración de compras por parte de China aún no se manifiesta en los registros de diciembre. Durante el último mes del año China compró un 5% más que en noviembre pasado. Sin embargo, en materia de precios, el valor promedio de ventas reportadas en diciembre representa una caída de más de un 20% en relación a noviembre.

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Esto muestra que el primer ajuste en verse reflejado es el precio mientras que el volumen embarcado prácticamente no se ha visto alterado hasta el momento. Si bien en los próximos meses estimamos que este ajuste por volumen finalmente va a estar reflejado en las cifras de exportación, consideramos que la mayor corrección vendrá dada por precios puesto que éste es precisamente el objetivo a controlar por parte del gobierno Chino.

Es aquí donde comienza a abrirse nuevamente el juego a compradores tradicionales como Rusia, Israel, Chile, claramente relegados durante los últimos meses a causa de los atractivos precios que venía pagando China.

De acuerdo a los datos oficiales, las exportaciones de carne a otros destinos fuera de China representaron en 2019 unas 210 mil toneladas, lo que supone una contracción de más del 14% respecto de lo embarcado en 2018.

Sin embargo, la gran incógnita del mercado es saber por cuánto tiempo se prolongará este ‘paréntesis comercial'.

Bajo la hipótesis que dure unos meses, el mayor excedente de oferta muy probablemente lo termine absorbiendo el consumo interno mientras que la derivación a otros mercados debería tender a recuperar los volúmenes conseguidos el año previo, aunque a un menor nivel de precios dado el excedente de mercadería a colocar.

Sin embargo, en un escenario más drástico, en el que China prolongue su enfriamiento comercial hasta mediados de año, el hecho de no crecer en otros mercados nos acercaría a un límite de oferta para el consumo interno a partir del cual, sin duda alguna, el precio de la hacienda comenzaría a sufrir.

Si pensamos en la necesidad de barajar nuevamente y salir a recuperar mercados, Argentina sigue teniendo una gran ventaja competitiva respecto del resto de los orígenes de la región dado por el nivel de devaluación de su moneda.

No obstante, la recuperación no sólo se logra por precio, es importante trabajar para lograr la suficiente confianza comercial de nuestros compradores a fin de consolidar aquellos mercados que -tal vez con un crecimiento más moderado pero sostenido en el tiempo- nos permitan valorizar mejor nuestras carnes, complementando estratégicamente todo aquello que el consumo interno no esté dispuesto a asimilar.

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