ECONOMÍA

La cosecha y la inversión, claves para la economía que viene

En una disertación en la Universidad Austral, distintos econonomistas vaticinan un escenario de mayor nivel de inversión.

10 de Abril de 2016

 En un mundo más hostil para las commodities, existen ciertas ventanas de oportunidad para las exportaciones agropecuarias argentinas. Así lo aseguraron especialistas que participaron de una jornada abierta coordinada por el Centro de Agronegocios de la Universidad Austral en la que disertaron los economistas Eduardo Fracchia, Dante Romano y Carlos Steiger, quienes advirtieron sobre las malas señales que se presentan para los emergentes y la “herencia” del gobierno kirchnerista, pero expresaron su optimismo sobre el nuevo equipo económico y presentaron sus recomendaciones para los productores de soja, maíz, trigo y carne. 

Sus intervenciones se dieron en el marco de la charla “Definiendo la estrategia comercial para la campaña 15/16”, realizada el 31 de marzo en Rosario. 

Fracchia, experto del IAE Business School de la Universidad Austral, analizó el contexto mundial después de la crisis global de 2008-2009 y la dinámica económica y política argentina. Según indicó, habrá “cambios en las tasas de interés bajas para fogonear el consumo”, lo que “no es una buena señal para los emergentes”. 

En cuanto a los bloques regionales, evaluó que Europa “quedó más herida y la cuesta arrancar” mientras que Estados Unidos tiene “una perspectiva más favorable”. China e India están “más fuertes”, afirmó, pero advirtió que el primero está virando hacia un modelo con mayor predominio del consumo, lo que genera menos demanda de materias primas. 

Con respecto a América latina, Fracchia señaló que “sufrió la recesión, mejoró, y existe un enfriamiento después de 2012”. En la actualidad, “está frenada por Brasil y el retraso de las commodities”, consideró. 

Sobre Argentina, el especialista sostuvo que existe un problema de “largo plazo” de volatilidad de tasas. Afirmó que los gobiernos de Alfonsín, Menem y los ciclos del kirchnerismo son “intentos fallidos” de sostener tasas de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) per cápita, aunque reconoció que a diferencia de los anteriores, la administración de Cristina Kirchner “no terminó con crisis, ni con caída de siete u ocho puntos del producto”. 

Para Fracchia “la devaluación generó transferencia a precios” y calculó que la escalada en los primeros cuatro meses del año se ubica en el 4% mensual. Por eso, calificó como “una ilusión” el objetivo oficial de una inflación del 1% mensual y “poco ambicioso” el horizonte de reducirla a un dígito en 2019. 

Inflación es infección. De acuerdo al docente universitario la inflación es la “infección mayor” que genera el déficit fiscal y el nuevo gobierno “no está siendo agresivo” para reducirlo. Vinculado a esto, indicó que la desaceleración de la base monetaria “genera costos” ya que la política de tasas para esterilizar pesos y desincentivar el refugio en el dólar tiene “consecuencias en las pymes”. 

Sobre la política cambiaria, sostuvo que se salió del cepo “sin mayores turbulencias” y proyectó que la entrada de divisas en el segundo trimestre servirá para estabilizar el dólar. 

En función de esto, identificó como los principales desafíos del macrismo “bajar la inflación, evitar apreciación, reactivar exportaciones, un gasto público más eficiente, lograr financiamiento internacional, disminuir inestabilidad de las políticas, luchar contra la corrupción y el narcotráfico, mantener y mejorar la infraestructura, mejorar la calidad educativa y consolidar un modelo de desarrollo con menor desigualdad”

Finalmente, Fracchia planteó como síntesis que se trata de “un mundo en seis puntos”, en el que “China está más fría”, “Brasil tiene problemas” y existe “menor liquidez”. De todas formas, expresó “optimismo” por la situación de Argentina, ya que, aseguró, existe “mejor capital humano” en el comando político, se desarrolla “un reposicionamiento internacional, más línea 90” y podría “levantar la inversión extranjera directa, que estuvo baja en los años del kirchnerismo”. 

Agro. En tanto, el especialista Dante Romano, docente de la Universidad Austral, el escenario el cultivo de soja, maíz y trigo en este contexto. 

Sobre la soja, planteó un escenario de “crecimiento de la producción y precios bajos”, destacó el rol de los fondos especulativos en el mercado, aunque advirtió que la demanda China “viene muy fuerte”. 

En cuanto a la producción argentina, el analista destacó el impacto agronómico de este cultivo, que resulta cada vez más caro por la resistencia de las malezas a los agroquímicos. 

Para la campaña 2016/17 proyectó una caída tanto de la superficie sembrada como de la producción. El área disminuiría 1,5 millón de hectáreas —perforando la frontera de los 7 millones— y habría 9,8 toneladas menos de soja, ubicándose alrededor de los 50 millones de toneladas en total. 

Estrategias del productor. Con respecto a la venta de la campaña actual, Romano resaltó que “las ventas anticipadas fueron prácticamente neutras” y, añadió, el “productor se anticipó a la devaluación” ya que mediante distintos instrumentos de crédito “licuó los costos del año pasado”. 

Además, advirtió que entre abril y junio, habrá “un ritmo de venta fortísimo” y un “aluvión de dólares impresionante”. No obstante, Romano señaló que en el mercado de futuros el precio de noviembre es 20 dólares mayor que el de mayo, por lo que “la mejor estrategia” para el productor con espalda financiera suficiente es realizar un boleto de compra venta en bancos para exportar en noviembre. 

En cuanto al maíz, planteó que existe mucha oferta en el mercado mundial: se proyecta que tanto Estados Unidos como Brasil y Argentina aumentarán el área sembrada y la producción. En el caso argentino, adelantó que en la próxima campaña este cultivo podría avanzar un millón de hectáreas —hasta llegar casi a las 5 millones— y crecer 4,3 millones de toneladas, hasta las 27 millones de toneladas en total. 

Para Romano la opción más rentable es “vender el maíz ahora y guardar la soja” y sostuvo que “es posible” un precio de maíz de 130 dólares la tonelada para el año que viene. 

Finalmente, sobre el trigo resaltó que se trata de un “mercado regional” y si Brasil no compra, “hay problemas fuertes”. Más allá de esto, destacó que el trigo argentino sigue competitivo frente al de Estados Unidos y el de Brasil: en febrero la tonelada de trigo de Estados Unidos costaba 286 dólares, contra 245 dólares del argentino. Hoy el trigo argentino cotiza 886 reales, y 950 reales el brasileño. 

Además, confió en que podría mejorar el precio y pasar de 140 de a 160 dólares la tonelada del trigo baja proteína y de 170 a 200 dólares en el caso del trigo de mejor calidad. 

Ganadería. Finalmente, Carlos Steiger, Director del Centro de Agronegocios de la Universidad Austral, trazó diferencias entre la agricultura y la ganadería: “el agro puede cambiar año a año, pero la respuesta de la ganadería es distinta”. Esto se debe, consideró, a que las decisiones de inversión dan sus frutos a mediano plazo y la carne es un producto de “alta sensibilidad política”. 

Justamente, para Steiger la ganadería argentina se encuentra “rezagada frente a la agricultura sobre todo por políticas internas”. El docente caracterizó los doce años de gobiernos kirchneristas en materia ganadera como “un desastre” y ubicó el bienio 2006-2007 como “el punto de quiebre”. “Intervinieron la ganadería, ponen retenciones, prohíbieron exportar, establecieron peso mínimo de faena y los subsidios de la Oncca a los feedtlot”, agregó. 

Luego de la caída de stocks entre 2010 y 2011, comenzó la recuperación. Hoy Argentina está en un proceso de retención, afirmó el especialista, ya que la faena de hembras es inferior al 40% del total y también ha aumentado el peso promedio de los animales que son sacrificados. 

Sin embargo, resaltó Steiger, en la posconvertibilidad Argentina “desapareció prácticamente del mercado mundial de carnes”, fundamentalmente por “el atraso cambiario” y “el incumplimiento de la cuota Hilton”. “En 2005 se exportaron 700 mil toneladas, y 200 mil en 2015”, graficó. En términos relativos, Argentina era en 2003 el tercer exportador de carne y cayó al puesto 11 en 2013. 

Como sucede en otros terrenos, los lugares vacantes los ocupan otros jugadores. En este sentido, indicó que “Brasil nunca desatendió” a sus compradores e “inundó mercados” con sus productos. 

Precisamente, ante un Brasil que espera exportar en 2016 por 7500 millones de dólares -27% más que en 2015- y contra el que Argentina “no puede competir en el mercado de bajo valor” el desafío para la industria local es de acuerdo a Steiger “apuntar a mercados de alto precio” de Europa y Estados Unidos y ganar “confiabilidad”. 

No obstante, reconoció, “cuesta volver a entrar en los mercados” y la inversión dará sus frutos recién en dos años. 

En un año en el que pronostican un caída del consumo per cápita entre 5 y 6 kilos, la apuesta es el mercado internacional. Más aún después de la devaluación, que apuntaló la rentabilidad del sector. “Se puede recuperar un millón de cabezas al año, pero si no va a la exportación no tiene sentido”, señaló Steiger. 

Fuente: La Capital de Rosario

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