Análisis y tendencias

¿Cómo le fue a la ganadería en el primer semestre?

Pese a la oferta acotada de gordos y una demanda que podría verse afectada por la reducción en la capacidad de consumo, los precios de góndola no han registrado un ajuste a la baja

Chacra
21 de Julio de 2016

Tanto para el criador como para el invernador, los precios de la ganadería se encuentran en niveles superiores a los históricos. El precio promedio del ternero de 180-200 kg correspondiente al período abril-junio de 2016 fue de 33,6 $/kg, medido a precios constantes. Este valor se ubica 5% por debajo del valor registrado durante el mismo período de 2015. El aumento de la oferta de terneros zafra 2016 respecto a 2015 (6%) podría explicar la disminución en el precio de dicha categoría.

En relación a las categorías a faena, durante el primer semestre 2016 se atravesó un periodo de precios superiores al año anterior como consecuencia de la escasez de gordos en el mercado. Además, dentro de estas categorías se observó una apreciación de las más pesadas. Tal es así durante el mes de junio la brecha de precios entre novillo (Liniers) y ternero faena (Liniers) disminuyó del 11% en 2015 al 4,2%.

Con respecto al mercado doméstico, los precios en góndola acompañaron la inflación en los primeros meses del año (febrero-junio), por ende no sufrieron variaciones medidas a valores constantes. Asimismo, el consumo de carne vacuna por habitante disminuyo de 62 kg./hab./año en junio 2015 a 55,5 frente al mismo mes de 2016. Uno de los factores que pudo haber incidido en este sentido, es el deterioro del poder adquisitivo del consumidor. Tomando como referencia la capacidad de compra de un salario Mínimo Vital y Móvil frente al kilogramo de carne en góndola, para el promedio del primer semestre de 2016, éste disminuyó a 55 kg, valor que representa una baja de 16 kg con respecto al promedio de los años 2005-2015.

A pesar de la caída de la demanda, el precio en términos constantes se mantuvo. Frente a una menor demanda de carne, la resistencia a la baja de los precios de venta se explicaría por la disminución estructural en la oferta de este producto.

En este aspecto, el comportamiento del productor ganadero estaría mostrando una intención de crecimiento. El stock 2016 con respecto al 2015 reflejó un aumento de 2%, pasando de 51,4 a 52,6 millones de cabezas según SENASA. Otro indicador que da cuenta de la intención de crecimiento en la producción de carne es la baja participación de hembras en la faena. De acuerdo a datos de MinAgro, entre enero y mayo de 2016 mencionado indicador fue 40,3%, lo que podría indicar una intensificación en el ciclo de retención de vientres.

En relación al invernador, desde el 2013 hasta la actualidad se observaron elevadas tasas de extracción (TE) de machosubicándose entre 90% y 100%, da cuenta de la fragilidad inherente al sistema. Es decir, la totalidad de machos que están en el stock son faenados en el mismo año. En este sentido, los bajos niveles de participación de hembras en la faena fueron compensados por un incremento en la participación de machos, de manera tal que la oferta agregada no se vio alterada. 

Esto intensificó el acotamiento de oferta de machos. En este contexto, de mantenerse los actuales niveles de faena de machos (como hasta el mes de mayo 2016), y asumiendo distribuciones en la faena similares al período 2011-2015, los tiempos de engorde deberían ubicarse por debajo de los 12 meses, si se pretende abastecer el mercado con las mismas cantidades de carne demandadas actualmente. Así, requerirá de una mejora en los niveles de eficiencia por parte de los invernadores.

Por otra parte, los corrales mostraron altos niveles de ocupación. Según la Cámara Argentina de Feedlot (CAF) el ratio de ocupación alcanzó el 72% de la capacidad total de los corrales, ubicándose por encima de los valores promedios de 62% observados durante el período 2011-2015. Tal cifra se podría explicar por la baja relación compra venta instantánea para los meses de junio y julio del 2016 y /o debido al retraso de los ingresos de terneros por problemas de barro generados por exceso de precipitaciones de los últimos meses.

Con respecto a la exportación de carne vacuna, en lo transcurrido de 2016 (enero-mayo), los despachos al exterior representaron una baja participación en la producción total de carne, en el orden del 6%. De acuerdo a datos del SENASA, los envíos rondaron las 78 mil t., mientras que en el mismo periodo de 2015 fueron de 69 mil t. La modesta mejora en las exportaciones del sector estaría indicando que las medidas económicas implementadas por el nuevo gobierno, no han logrado impulsar las ventas externas.

En este sentido un indicador que sirve para medir la competitividad para el exportador de carne es el tipo de cambio real multilateral (TCRM). El mismo refleja la competitividad vía moneda de Argentina frente a los 20 principales exportadores de carne vacuna del mundo. Otro indicador, similar al mencionado pero afectado por los derechos de exportación es la tasa de cambio real multilateral efectiva (TCRMe).

De esta manera, luego de alcanzar su mínimo valor en 15 años durante noviembre de 2015, el TCRM registró una notable mejora. Así, entre noviembre y febrero la competitividad precio del peso en relación a las monedas de nuestros principales competidores en el mercado internacional de la carne mejoró cerca de 54% como resultado de las políticas mencionadas. Sin embargo, entre marzo y junio la aceleración de los precios internos y la estabilización del tipo de cambio derivaron en una pérdida de competitividad de 14 p.p., lo que implica que cerca del 40% de la competitividad generada a partir de la devaluación de diciembre se ha diluido.

En resumen, desde el punto de vista de la oferta, los precios para el invernador son atractivos debido a la acotada oferta de machos, sumado a una baja participación de hembras en la faena. Por otra parte, el consumo de carne por habitante presenta una disminución en 2016, pese a tal baja el precio en góndola no disminuyó. De este modo el actual nivel de precio al consumidor podría ser consecuencia de la oferta acotada de carne. Por ultimo, contemplando la dinámica propia del negocio ganadero, aun pese a las medidas que tomo el nuevo gobierno, las exportaciones no crecieron en forma significativa. Representando en el primer semestre solo un 6% de la producción total de carne. 

CREA


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