CULTIVOS

El futuro está en el norte

Del alquiler en zona núcleo a adquirir un campo en Chaco. Para este productor CREA las diferencias más importantes en productividad y resultados se darán en zonas de desmonte bien manejadas.

Claudio Gianni
29 de Mayo de 2018

29-05-2018 Y un día decidió emprender el viaje al norte. Santiago Nobile pertenece al CREA General Baldissera, en el sudeste cordobés. Tiene su campo en esta zona, en la cual solía alquilar además una superficie importante.

"Hasta el año 2007 era un negocio muy rentable, pero a partir de allí producir arrendando empezó a perder atractivo. Ahí empezó nuestra apuesta al norte", explica con una amplia sonrisa. Así, a partir de 2008/09 fue dejando de lado superficie alquilada en la provincia mediterránea, compró campo de monte en Chaco y procedió paulatinamente a desmontarlo y ponerlo en producción.

¿Qué lo impulsó a moverse hacia el norte? Santiago y los suyos están convencidos de que la tecnología que viene va a impactar en la agricultura de esa parte del país mucho más que en la de zona núcleo. 

"Sembramos en Chaco, que tiene zonas rojas, amarillas y verdes en cuanto a manejo del monte. En estas últimas se puede desmontar hasta el 70% de la superficie, siempre sobre suelos aptos para agricultura. No deja de ser cierto que en otras provincias se trabajó con escaso control; se ha caído en excesos y eso se va a pagar el día de mañana. Nosotros creemos que un desmonte bien hecho, programado, pensado, respetando las rotaciones que impone la ley, es viable y le da trabajo a la zona. Hay que ver cómo ha cambiado Pampa del Infierno. Ha crecido en extensión, hay más industrias y negocios, más acopios, nueva población. Es una rueda que va para adelante".

Herramienta clave

La siembra directa es fundamental para producir en zonas con ambientes menos estables; sería muy difícil progresar con agricultura convencional en el norte del país. Todos los nuevos desarrollos incluyen la directa; sólo quedan algunos agricultores viejos trabajando en convencional, pero se van pasando paulatinamente a la práctica conservacionista porque las ventajas de la directa en un ambiente marginal son indudables.

Tras el desmonte vienen los años más difíciles para la agricultura. La consigna es lograr cobertura, es decir contar con abundancia de gramíneas. "Hoy tenemos una rotación compuesta en partes iguales por gramíneas y oleaginosas.

Estas últimas son básicamente soja, y en el caso de las gramíneas la mayoría es maíz. Es que nos cuesta incluir el trigo en el esquema, es decir lograr la incorporación de raíces, fundamentalmente por el aspecto económico: los rindes no son brillantes. Por eso apostamos más a una gramínea de verano; los maíces se han adaptado mucho a la zona y nos dan rindes aceptables", reconoce nuestro entrevistado.

Es cierto, en el norte el flete del maíz es un problema muy grave, pero no hay que pensar el cultivo en función de este factor. Para Nobile, corresponde evaluarlo inserto en un sistema de producción. "Si no hacemos maíz difícilmente vayamos a tener una buena soja: la oleaginosa es la que nos da la renta, el maíz es el que sostiene al ambiente de producción. No nos queda otra que pagar ese flete caro en maíz, es parte del costo del sistema. Esperemos que con el Plan Belgrano los productores veamos alguna clase de mejoría; apostamos a eso, pero todavía no se sabe cuál será el resultado final".

Bendito maíz

Hace siete u ocho años ya que Nobile siembra maíz tardío, lo que le ha permitido elevar los pisos de rendimiento. Considerando que tiene costos algo menores que el cultivo sembrado en fecha, Santiago obtuvo durante un buen tiempo un margen superior que el que ofrece el temprano. 

"Ahora estamos reduciendo su participación en el planteo porque notamos que a medida que todo el mundo se pasa al tardío se ha ido generando una diferencia de precios a favor del temprano en campañas normales. Nuestra empresa tiene mucho maíz en el norte, que es prácticamente tardío para el mercado. Productivamente ha sido excelente para nosotros pero comercialmente ya no nos apasiona tanto. Por eso hemos vuelto a sembrar más maíz temprano que lo habitual".

En Córdoba este productor CREA logra un rinde aproximado a los 100 qq/ha, pero en el norte sus maíces apuntan a 60 qq/ha. "Como fuere, el maíz en Chaco nos da algo que no ofrecía hace diez años: se ha convertido en un cultivo muy estable. En cambio, con la soja las oscilaciones en el resultado son importantes. Lo del maíz es producto de la biotecnología. Es cierto que todavía no le encontramos la vuelta para generar picos de rendimientos, pero sí nos brinda un piso y ayuda al sistema para que sea sustentable en el tiempo. De otra manera no podríamos producir en el norte. Pero además esos 60 qq aportan renta, no se trata de un cultivo a pérdida".

El fósforo va en el trigo

Las gramíneas son indispensables. En trigo Santiago está fertilizando con P en la línea; dado que se lo siembra con escasa distancia entre hileras permite además fertilizar la rotación. 

"Los rindes del trigo responden especialmente a este aporte, no tanto al de urea según las pruebas que hemos hecho; lo vamos viendo año tras año de acuerdo a como esté el perfil en términos de N. Acá no apuntamos a los rindes del sudeste bonaerense, es algo más humilde. Nos enfocamos en 30-35 qq/ha, algunos años tenemos 50 qq y otros 25, con lo cual la urea la manejamos a su vez según las expectativas. Asimismo tratamos de elegir variedades que tengan la mejor sanidad posible, a pesar de lo cual esta última campaña se enfermaron todos los trigos".

Manejo diferenciado en soja

El poroto tiene dos caras. En cuanto al norte, todo lo que emplean es tecnología IPRO. "Por lo demás, los últimos cuatro años hemos tenido que fijar una estrategia ante la creciente presencia de yuyo colorado: primero todo el paquete de preemergentes, y después achicamos el espacio entre hileras; sembramos soja a 23 cm. Se hace con una máquina más pequeña, es más lento, pero es la única forma de ganarle el partido a esta maleza. 

Manteniendo la maleza chica, golpeándola a tiempo y usando preemergentes uno no debiera tener problemas. Puede suceder algo impensado, fuera de lo común (por caso lluvias periódicas que impiden pulverizar), pero en condiciones normales tiene que funcionar. En el norte el tema malezas es mucho más complicado; esta dificultad no tiene nada que ver con el avance de la agricultura. El clima subtropical hace que exploten; el yuyo colorado crece de manera exponencial. Y si no estás encima de los lotes te va a pasar factura. Como fuere, hay que buscarle la vuelta al problema; se puede".

 En Córdoba casi no emplean la soja IPRO, porque allí tiene menos sentido. Por cierto, la soja no ha tenido una explosión de rendimientos; maíz y trigo han progresado pero al poroto le cuesta subir. "Quizás no le encontramos la vuelta, tal vez deberíamos explorar otras variables de manejo o de procesos".

Tiene que funcionar

A Nobile no le entusiasma el negocio de la ganadería en el sudeste de Córdoba. "En el norte lo tengo como un objetivo a futuro, pero por ahora no estamos haciendo nada. Pensamos muchas veces en el agregado de valor, lo discutimos permanentemente dentro de nuestro grupo CREA. Los pocos ejemplos que vimos, la planta de biodiésel por ejemplo, por momentos no la pasan bien. Quizás tantos años de falta de previsibilidad nos han vuelto más cautos; hace apenas dos años que tenemos un gobierno normal".

"Nos preocupa y nos gustaría encontrarle la solución, pero por ahora no tenemos claro el camino para agregar valor. Mientras tanto el mundo crece, los chinos quieren comer más y mejor. Lo mismo con la India y otros emergentes. Somos optimistas con este negocio, siempre y cuando lo hagamos bien y seamos austeros en los gastos. En los buenos años hay que hacer algún tipo de colchón para cuando llegan los momentos complicados. Puede parecer conservador, pero no buscamos rindes estratosféricos, más bien apuntamos a levantar los pisos".

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