Editorial

 Qué precios esperan a la soja en 2023

Los brasileños son optimistas respecto de Chicago, a pesar del aluvión que ya han empezado a volcar al mercado. Sin embargo hay otros elementos que considerar, incluso extrasectoriales.

Claudio Gianni
6 de Enero de 2023

Los brasileños son optimistas respecto de Chicago, a pesar del aluvión que ya han empezado a volcar al mercado. Sin embargo hay otros elementos que considerar, incluso extrasectoriales.

El mercado sojero argentino es un ámbito fuertemente distorsionado. Retenciones, brecha cambiaria, dólar diferenciado cuando el gobierno lo necesita y más allá de ese momento un número que la torna invendible. Estamos fuera del mundo normal, hay que aceptarlo. Nuestros vecinos cobran precio lleno, como corresponde. Así y todo no puede perderse de vista el escenario internacional; aun con nuestros desvíos no queridos dependemos de sus precios.

La soja no empezó bien el año en Chicago, con inversores condicionados por el ingreso de la megacosecha brasileña y muchos temores respecto de la competitividad estadounidense a la hora de vender el poroto. Además, todavía no saben a qué carta quedarse con la producción argentina. ¿Corresponde preocuparse por los precios globales en este 2023? Los brasileños, los mismos que están a las puertas de poner sobre la mesa una gran oferta, creen que no.

La llave de lo que pueda ocurrir en la primera parte del año la tiene precisamente el vecino país, pero también la Argentina. El socio del Mercosur marcha rumbo a una cosecha récord de alrededor de 150 millones de toneladas. Debería deprimir el mercado, pero el punto es que probablemente lo que sume Brasil esta campaña será contrapesado en gran medida por lo que lamentablemente va a perder nuestro país.

Los analistas del vecino país no se asustan ante el aluvión de soja. Los de TF Agroeconomic Consulting explicaron a un medio brasileño que esperan precios altos para el poroto esta campaña en Chicago, en torno de los u$s 550. Apuntan a la pérdida de agresividad del dólar frente a una canasta de monedas y la reapertura de la economía china. Por supuesto citan a la Argentina atemperando la gran cosecha brasileña. Y le ponen fichas a las economías de los países desarrollados, corrigiendo el problema inflacionario sin caer en la recesión. Desde ya saben que la soja tiene los inventarios globales más bajos en seis años, lo cual es soporte para el mercado, al menos por unos meses.

Por su parte, desde S&P Global Commodity Insights entienden que las importaciones chinas de soja deberían recuperarse en 2023, por una mayor demanda para alimentación animal y la necesidad de reconstruir las reservas estatales. Todas las dudas se limitan a la evolución del Covid en este país; crecen los infectados y también los muertos. Según una compulsa entre distintos actores del sector, China debería importar 98 millones de toneladas de soja en el año calendario 2023, lo que representará un aumento del 8,3% en comparación con 2022, que fue un año muy débil en este sentido. La oficina del USDA en Beijing habla de 96.5 millones de toneladas.

Por lo pronto, fuentes chinas dijeron a S&P que se necesitarán hasta 7 millones de toneladas de soja para reponer las reservas estatales en 2023, tras las diversas subastas realizadas por el gobierno este año.

Desde la brasileña Safras & Mercado recomiendan seguir de cerca la evolución de la humedad en los estados del sur del país, pero están convencidos de que la situación en el resto de Brasil debería asegurar una cosecha récord, probablemente incluso por encima de los 150 millones de toneladas.

Luiz Fernando Roque, analista de la reconocida consultora, considera que en el primer trimestre Chicago responderá directamente a la situación de los cultivos en Rio Grande do Sul y la Argentina. Cree que si el clima no mejora, podríamos ver que el mercado se acelera hacia los u$s 585. En cambio, si las lluvias y las temperaturas se tornan más amigables, el poroto debería resignar un poco de fuerza, pero sin perder de vista el nivel de u$s 514.

A partir de abril, la atención del inversor estará repartida entre los coletazos de la cosecha sudamericana y la intención de siembra en Estados Unidos, que se sospecha podría ser récord con estos precios, lo cual afectaría a Chicago. Y poco después empezará a tallar el clima en este país.

En la segunda mitad del año, la tendencia de los precios dependerá principalmente del tamaño de la nueva cosecha estadounidense. Un volumen importante pesará sobre las cotizaciones de Chicago, mientras que una cosecha problemática infundirá nueva vida a las cotizaciones.

Roque aconseja seguir de cerca la evolución del dólar en Brasil, un tema que es de máximo interés para nuestros vecinos pero también para Chicago. El primer año del nuevo gobierno de Lula promete generar mucha volatilidad en el tipo de cambio debido a la incertidumbre relacionada con el rumbo de la política económica. Las probables medidas heterodoxas y el desequilibrio fiscal deberían fortalecer la moneda estadounidense.

Un real más depreciado aumenta la competitividad de Brasil y juega en contra de los precios de Chicago. Roque no descarta sorpresas, un cambio improbable hacia una mayor responsabilidad fiscal en la economía podría traer alivio a la moneda brasileña. Pero no parece sencillo que suceda. Por lo pronto un dólar firme debería ser un importante factor de soporte para las exportaciones brasileñas.

A su turno, el Wall Street Journal refleja la opinión de Capital Economics, que agrega otros elementos al análisis. Estima que la mayoría de los precios de las materias primas volverán a disminuir a principios de 2023, en el punto álgido de la recesión mundial y el endurecimiento monetario en muchas de las principales economías. Después puede ser otra historia.

China, el principal consumidor de granos del mundo, también afectará las perspectivas de los futuros agrícolas en 2023. Beijing avisó recientemente que rescindiría sus estrictas medidas para controlar la propagación de Covid-19 y debería ver un período de crecimiento económico significativo en 2023, pero esto se verá limitado en el primer semestre por el aluvión de casos de Covid, según estima un viejo conocido de CHACRA, Arlan Suderman, economista jefe de materias primas de StoneX Group.


Los brasileños son optimistas respecto de Chicago, a pesar del aluvión que ya han empezado a volcar al mercado. Sin embargo hay otros elementos que considerar, incluso extrasectoriales

El mercado sojero argentino es un ámbito fuertemente distorsionado. Retenciones, brecha cambiaria, dólar diferenciado cuando el gobierno lo necesita y más allá de ese momento un número que la torna invendible. Estamos fuera del mundo normal, hay que aceptarlo. Nuestros vecinos cobran precio lleno, como corresponde. Así y todo no puede perderse de vista el escenario internacional; aun con nuestros desvíos no queridos dependemos de sus precios.

La soja no empezó bien el año en Chicago, con inversores condicionados por el ingreso de la megacosecha brasileña y muchos temores respecto de la competitividad estadounidense a la hora de vender el poroto. Además, todavía no saben a qué carta quedarse con la producción argentina. ¿Corresponde preocuparse por los precios globales en este 2023? Los brasileños, los mismos que están a las puertas de poner sobre la mesa una gran oferta, creen que no.

La llave de lo que pueda ocurrir en la primera parte del año la tiene precisamente el vecino país, pero también la Argentina. El socio del Mercosur marcha rumbo a una cosecha récord de alrededor de 150 millones de toneladas. Debería deprimir el mercado, pero el punto es que probablemente lo que sume Brasil esta campaña será contrapesado en gran medida por lo que lamentablemente va a perder nuestro país.

Los analistas del vecino país no se asustan ante el aluvión de soja. Los de TF Agroeconomic Consulting explicaron a un medio brasileño que esperan precios altos para el poroto esta campaña en Chicago, en torno de los u$s 550. Apuntan a la pérdida de agresividad del dólar frente a una canasta de monedas y la reapertura de la economía china. Por supuesto citan a la Argentina atemperando la gran cosecha brasileña. Y le ponen fichas a las economías de los países desarrollados, corrigiendo el problema inflacionario sin caer en la recesión. Desde ya saben que la soja tiene los inventarios globales más bajos en seis años, lo cual es soporte para el mercado, al menos por unos meses.

Por su parte, desde S&P Global Commodity Insights entienden que las importaciones chinas de soja deberían recuperarse en 2023, por una mayor demanda para alimentación animal y la necesidad de reconstruir las reservas estatales. Todas las dudas se limitan a la evolución del Covid en este país; crecen los infectados y también los muertos. Según una compulsa entre distintos actores del sector, China debería importar 98 millones de toneladas de soja en el año calendario 2023, lo que representará un aumento del 8,3% en comparación con 2022, que fue un año muy débil en este sentido. La oficina del USDA en Beijing habla de 96.5 millones de toneladas.

Por lo pronto, fuentes chinas dijeron a S&P que se necesitarán hasta 7 millones de toneladas de soja para reponer las reservas estatales en 2023, tras las diversas subastas realizadas por el gobierno este año.

Desde la brasileña Safras & Mercado recomiendan seguir de cerca la evolución de la humedad en los estados del sur del país, pero están convencidos de que la situación en el resto de Brasil debería asegurar una cosecha récord, probablemente incluso por encima de los 150 millones de toneladas.

Luiz Fernando Roque, analista de la reconocida consultora, considera que en el primer trimestre Chicago responderá directamente a la situación de los cultivos en Rio Grande do Sul y la Argentina. Cree que si el clima no mejora, podríamos ver que el mercado se acelera hacia los u$s 585. En cambio, si las lluvias y las temperaturas se tornan más amigables, el poroto debería resignar un poco de fuerza, pero sin perder de vista el nivel de u$s 514.

A partir de abril, la atención del inversor estará repartida entre los coletazos de la cosecha sudamericana y la intención de siembra en Estados Unidos, que se sospecha podría ser récord con estos precios, lo cual afectaría a Chicago. Y poco después empezará a tallar el clima en este país.

En la segunda mitad del año, la tendencia de los precios dependerá principalmente del tamaño de la nueva cosecha estadounidense. Un volumen importante pesará sobre las cotizaciones de Chicago, mientras que una cosecha problemática infundirá nueva vida a las cotizaciones.

Roque aconseja seguir de cerca la evolución del dólar en Brasil, un tema que es de máximo interés para nuestros vecinos pero también para Chicago. El primer año del nuevo gobierno de Lula promete generar mucha volatilidad en el tipo de cambio debido a la incertidumbre relacionada con el rumbo de la política económica. Las probables medidas heterodoxas y el desequilibrio fiscal deberían fortalecer la moneda estadounidense.

Un real más depreciado aumenta la competitividad de Brasil y juega en contra de los precios de Chicago. Roque no descarta sorpresas, un cambio improbable hacia una mayor responsabilidad fiscal en la economía podría traer alivio a la moneda brasileña. Pero no parece sencillo que suceda. Por lo pronto un dólar firme debería ser un importante factor de soporte para las exportaciones brasileñas.

A su turno, el Wall Street Journal refleja la opinión de Capital Economics, que agrega otros elementos al análisis. Estima que la mayoría de los precios de las materias primas volverán a disminuir a principios de 2023, en el punto álgido de la recesión mundial y el endurecimiento monetario en muchas de las principales economías. Después puede ser otra historia.

China, el principal consumidor de granos del mundo, también afectará las perspectivas de los futuros agrícolas en 2023. Beijing avisó recientemente que rescindiría sus estrictas medidas para controlar la propagación de Covid-19 y debería ver un período de crecimiento económico significativo en 2023, pero esto se verá limitado en el primer semestre por el aluvión de casos de Covid, según estima un viejo conocido de CHACRA, Arlan Suderman, economista jefe de materias primas de StoneX Group.

Los mercados granarios son cambiantes. Nada está asegurado, pero todo indicaría que al menos durante el primer semestre de 2023 los precios del poroto deberían mantener atractivo. Después todo dependerá de lo que el Midwest estadounidense tenga para ofrecer. Mientras tanto es probable que la competitividad del país del norte siga perdiendo terreno a manos de Brasil y la Argentina. Parece cosa juzgada.

Etiquetas:
Suscríbase para recibir notificaciones importantes
CHACRA desea enviar noticias de primerísima mano.
Para aceptar basta con hacer click en el botón "Permitir"