Editorial

Hay novedades sobre El Niño

Los modelos marcan un corrimiento y ahora existe un 62% de posibilidades de que el fenómeno climático se desarrolle en algún momento entre mayo y julio. Creen que va a potenciarse significativamente a partir de la próxima primavera.

Claudio Gianni
14 de Abril de 2023


Los modelos marcan un corrimiento y ahora existe un 62% de posibilidades de que el fenómeno climático se desarrolle en algún momento entre mayo y julio. Creen que va a potenciarse significativamente a partir de la próxima primavera.

Con el correr de los meses se ha ido consolidando la idea de un fenómeno El Niño en algún momento de este año. Todo indica que este hacedor de lluvias estará entre nosotros más temprano que tarde. Según nueva información de la brasileña MetSul, el calentamiento en el Pacifico ecuatorial ya es bastante evidente y se ha formado un episodio de El Niño costero en las riberas de Perú y Ecuador. Los dos países ya están sintiendo los impactos con lluvias excesivas y deslizamientos de tierra.

Ahora se agregaron dos detalles de especial interés. Por un lado se trataría de un Niño intenso, dada la evolución probable que muestran los modelos. Para los científicos y meteorólogos, podría traer récords de temperatura promedio global para el planeta, especialmente en la primera parte de 2024.

La segunda novedad es más reciente. El rápido calentamiento de las aguas oceánicas ha ido corriendo el punto de inflexión en los modelos. Ahora el ingreso en territorio de El Niño se daría entre mayo y julio, más que entre julio y agosto, como se estimaba dos meses atrás.

El Centro de Predicción Climática de la NOAA estadounidense ha emitido una Vigilancia de El Niño como parte de su pronóstico ENSO de abril. Esto se da cuando las condiciones son favorables para el desarrollo de este fenómeno climático dentro de los próximos seis meses. Si bien todavía estamos en una fase neutral de ENSO, el organismo advierte que existe un 62% de posibilidades de que El Niño se desarrolle en algún momento entre mayo y julio. Los científicos de la NOAA publicarán la próxima actualización mensual el 11 de mayo de 2023, seguramente con otras precisiones sobre el tema.

Por su parte, el Servicio Meteorológico Nacional de la Argentina, visualiza una probabilidad del 45% en el sentido de tener lluvias por sobre lo normal para el periodo abril-junio en la Región Pampeana, lo cual parece coherente con las observaciones internacionales respecto de El Niño.

Como fuere, todos empiezan a hacer sus cálculos. En Australia esperan una fenomenal baja en la producción de trigo. Tres campañas asociadas a La Niña (lluvias abundantes) llevaron a la nación continente a niveles rayanos con los 39 millones de toneladas durante la última temporada. Ahora se calcula que difícilmente la campaña 2023/24 supere los 25 millones de toneladas; El Niño implica seca en esta parte del planeta.

Estados Unidos es un país enorme y el impacto cambia según la región considerada. En principio la NOAA prevé para abril-mayo-junio lluvias por encima de lo normal para el centro y la mitad este de la zona núcleo estadounidense. En la mitad oeste todas las posibilidades están abiertas. Esto podría potenciar la gruesa en este país.

Por otro lado, El Niño beneficiaría a la principal zona triguera de Rusia, aunque no le serviría a la campaña 2023/24, que estará siendo cosechada cuando este fenómeno climático comience a desplegar su presencia. Sí mejoraría el escenario de la temporada siguiente, en principio.

En Brasil, donde el trigo está ganando terreno de manera acelerada, hay preocupación. Creen que las temperaturas serán más altas y el clima más lluvioso. Sospechan condiciones que pueden perturbar el desarrollo de las plantas, especialmente la menor radiación solar, insuficiente cantidad de horas de frío y mayor presencia de enfermedades asociadas al exceso de humedad. La tendencia es que el cambio comience a notarse en el sur del país a partir de mayo, con precipitaciones voluminosas e incluso superiores a la media. Se esperan durante el invierno y la primavera lluvias excesivas y numerosos episodios de crecidas de ríos.

Entre nosotros, hay quienes aseguran que los rindes de la fina se potencian con este fenómeno, en tanto otros discuten la idea. De todos modos no debería haber dudas respecto de un efecto beneficioso en relación a La Niña que acabamos de tolerar; tiene que ser mejor inexorablemente. Se ha demostrado en numerosas oportunidades que de los dos grandes fenómenos climáticos, La Niña es la peor de las opciones para el agricultor de esta parte del planeta.

Entre los aspectos negativos más definidos para El Niño se citan, como en el caso de Brasil, el auge de enfermedades, a lo que se suma el riesgo de exceso de lluvias en cosecha. Por lo demás, si hay buenas condiciones de humedad, el desarrollo del cultivo estaría garantizado.

Si bien nada está asegurado en términos de pronósticos climáticos, convendría ir imaginando el planteo de invierno en función de estas señales. Desde el ciclo y el momento de siembra hasta incluso las características de la variedad elegida. El asunto es contener los aspectos negativos de El Niño para aprovechar todo lo que bueno que puede traer a la producción agropecuaria del país, en un momento que se necesita salir de la peor crisis en un siglo.

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