Más kilos, más dólares
La cosecha de soja está casi en la puerta, antes de dejarla entrar vale tener en cuenta algunas consideraciones, siempre en vista que los granos se vayan del campo y no queden puertas adentro
En la campaña pasada el promedio de pérdidas de granos rondó los 135 kg/ha; esto representa 81 granos/m2. Estos granos de soja dejados sobre la superficie del suelo, son parte de las ganancias de la empresa que pasaran a formar parte de la materia orgánica del suelo. Esto es, si consideramos que luego de la cosecha, se han logrado pagar todos los costos productivos directos e indirectos, la facturación de los granos que han quedado en el campo irían a engordar directamente la ganancia de la empresa, son parte del Margen Neto. Según los resultados de la campaña pasada puede perderse hasta el 40 % del mencionado margen.
De mantenerse los niveles de pérdida de la campaña anterior, este año quedarán en el campo aproximadamente 2.74 millones de toneladas de granos.
A este valor debemos, en honor a la realidad práctica, restar las pérdidas aceptables, ya que estas comprenden los granos de muy difícil cosecha. Es sabido que no es posible cosechar el 100 % de la producción por diversos motivos que escapan al objetivo de esta nota. Recordemos que el valor aceptable es de 80 kg/ha que representan 1.62 millones de toneladas. En resumen debemos poner el ojo sobre la diferencia, 1.12 millones de toneladas. Este último valor representa la pérdida real de granos que puede ser apropiada por el productor, que a valor de hoy serían 403.2 M de dólares a nivel país.
Una buena sociedad
La mayor parte de los granos, en nuestro país, es cosechada por contratistas. La mejor forma de mantener y mejorar una sociedad es compartir las ganancias. Pues bien, la relación entre productor y contratista puede ser vista como una sociedad temporal que, muchas veces, se repite año tras año, por lo que es temporal pero duradera al mismo tiempo. Y si los beneficios se comparten, más duradera será.
El esfuerzo por captar y llevar a la tolva el mayor porcentaje posible de los 55 kg/ha cosechables (es decir sin considerar la pérdidas aceptables, por lo ya mencionado) debería ser compartido, entre productor y contratista, y en consecuencia compartir también los beneficios de tal esfuerzo. El ingreso adicional de toneladas de soja y por tanto dólares de facturación debe ser “la zanahoria”. El logro de tal beneficio será el motivo por el cual invertir tiempo en realizar los controles correspondientes en el campo, posteriores ajustes y nuevos controles. Está claro que esto lleva tiempo, pero vale el esfuerzo.
