Ganadería

Recría de precisión

En la zona oeste la vuelta a la ganadería luego de una década de agricultura pura es un fenómeno que se está dando

Valor Carne
1 de Octubre de 2014

“La zona está cambiando. Los productores habían alquilado sus campos para producir soja y maíz y a medida que el negocio se fue deteriorando volvieron a incursionar en la ganadería. Y como los feedlots han comenzado a buscar un peso y una calidad determinados, muchos piden técnicas para recriar. Por eso, busqué capacitarme en el tema”, planteó Ricardo Zavattieri, médico veterinario y asesor de empresas ganaderas en San Luis, Sur de Córdoba, La Pampa y Mendoza.

Zavattieri trabaja con unos veinticinco establecimientos medianos a grandes, que hacen cría, invernada o ciclo completo y en una cabaña de gran renombre, La Paz de Werthein, con cinco mil vientres. “Hasta hace un tiempo estábamos obsesionados con la reproducción, todos pedían más terneros. Pero hubo cambios comerciales, antes se vendían por unidad y desde hace uno o dos años, por kilo. Ahora, la genética y las marcas influyen mucho”, contó.

En cuanto al actual interés por la ganadería, el técnico detalló que los propietarios de campos habían salido de la actividad porque la soja era muy tentadora. Pero, con los actuales precios y rindes de 2.400 kilos promedio, no se gana plata. “Se cansaron de los vaivenes de la agricultura, ya que la zona es inestable y hay años en que las cosechas son pobres. Entonces, vuelven a la ganadería, sobre todo los que se quedaron con una reserva de dinero, porque es negocio”, indicó. Y agregó que “muchos compran hacienda para recriar a campo y engordar en el feedlot, y varios me pidieron asesoramiento”.

Para Zavattieri, la gran disponibilidad de alimentos en la zona está contribuyendo a implementar nuevos sistemas de recría. “Aquí, nadie hace maíz para exportar, sólo rinde si se transforma en carne. Por eso, todo el grano sale caminando”, aseguró. El otro tema es la importante oferta de burlanda que apareció en la región disminuyendo el costo de las dietas. “Hay una nueva planta en Villa Mercedes, por lo que costo del flete es muy bajo. El precio de la burlanda puesto en el campo es inferior al del grano de maíz y al del expeller de soja, que es muy caro ya que hay que traerlo de lejos. Tenemos que hablar de un 45/50% menos”, explicó.

En la zona del Oeste se hacen distintas modelos de recría. “Estoy manejando un sistema en base a pastizal natural con una corrección de energía. Otro sobre verdeos de invierno con pastoreos horarios y encierres. Y, en muchos casos, formulo la ración con un 15% de burlanda, se la damos en comederos portátiles a campo, mezclada con silo o grano”, precisó. Así, los animales están listos para el feedlot con 300/320 kilos en seis o siete meses.

Recría de precisión

“Hice un curso de recría en MBG Ganadería para mejorar mi trabajo. La idea surgió porque en los sistemas que manejo queremos llegar al entore de 15 meses. Entonces, la recría de la hembra no es menor, tiene que ganar peso en poco tiempo y no pasarse de gordura. La sorpresa fue que también resultó excelente para los machos”, dijo.

Si bien Zavattieri lleva 30 años en la profesión y había utilizado programas de nutrición bovina de la Universidad de Cornell, encontró ventajas en el software nacional. “Es muy práctico para organizar la tarea diaria y los alimentos que se van a necesitar a través del tiempo. Además, es más fácil cargar los datos y cuando uno formula una ración y comete algún error hay formas de darse cuenta, es el único programa que he visto con estas características”, sostuvo.

El veterinario hizo el curso en abril y lo empezó a utilizar de inmediato con todos sus clientes. Un ajuste importante fue la corrección del rumen en función del alimento que consumen sus bacterias. “Cuando balanceás el rumen, el más o menos deja de existir, se trabaja en forma exacta y eso se nota en la ganancia diaria”, subrayó. Además, el programa le permitió calcular qué cantidad de granos, proteína y burlanda, entre otros, se necesita a lo largo del ciclo y hacer presupuestos físicos y financieros. “En una actividad como la ganadería, que tiene márgenes muy chicos, conocer cuánto cuesta cada kilo producido es fundamental para mejorar el negocio”, destacó.

La mayoría de los clientes de Zavattieri terminan los animales en 380/390 kg. y algunos están pensando en llegar a los 450 kg. “Ha habido un cambio en la mentalidad de los ganaderos, antes dejaban el ternero a campo y al año veían qué sucedía. En cambio, ahora, como muchos pasaron por la agricultura de cierta precisión, aprendieron a aceptar el asesoramiento técnico para calcular dietas y programar sus recrías”, finalizó. 

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