E l consumo de leche cayó el pasado enero un 15% interanual, según un relevamiento del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) difundido hace pocos días.
A pesar de la asistencia estatal para compensar el desequilibrio de precios del sector, este producto de consumo cotidiano afecta de manera significativa el bolsillo de los argentinos.
El Gobierno oficializó la eliminación de las retenciones a los productos lácteos al emitir hoy el Decreto 506/2023 en el Boletín Oficial, con vigencia hasta el 31 de diciembre próximo.
El secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, justificó la suspensión de las retenciones a la cadena láctea pero reclamó al sector que no aumente el precio de los lácteos.
El ministro de Economía les pidió a los productores "sendero de precios claros para los próximos 90 días en la góndola". Se aumenta el 20% el aporte del impulso tambero. Las medidas representan una inversión de $10.000 millones.
Según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), durante el período enero-junio los despachos de productos lácteos cayeron casi un 15%, tanto en valor como en volumen, en medio de grandes dificultades para la lechería.
El negocio agropecuario ha perdido hasta las certezas básicas, en alguna medida como el resto del país. Eso incluye a los granos, la carne, la leche y cuánto producto imagine. Espere nuevos embates y prepárese para resistir lo que viene.
En la PyME Láctea Quescor, en la localidad de Etruria, al sudeste de Córdoba, el jueves pasado se produjo una explosión que causó fuertes pérdidas materiales y la imposibilidad de continuar con la producción.
Con los lácteos más caros de la región, el que genera la leche cobra el litro más barato del planeta. No hay que recortarle los ingresos al productor, hay que empezar a reducir los impuestos que paga el consumidor, entre otras cosas.