2025 cerró con un 20% más de lluvias que en 2024, aunque diciembre fue irregular
Las precipitaciones acumuladas superaron en un 20% a las de 2024 y llevaron el promedio anual a 1222 milímetros en la región núcleo. Sin embargo, diciembre cortó la racha húmeda con registros por debajo de lo normal, mientras el norte sufrió lluvias extremas.
El año 2025 se despide con un balance pluvial altamente positivo en gran parte de la región agrícola del país. Según el último informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario, las precipitaciones acumuladas superaron en promedio en un 20% a las de 2024, con un excedente interanual de 260 milímetros y una media anual de 1222 mm, valor que incluso supera el límite superior del rango histórico de los últimos 30 años.
"El 2025 se despide con un balance pluvial altamente positivo. Tanto el invierno como la primavera aportaron precipitaciones superadoras de los valores considerados normales estacionales. Las lluvias que se desarrollaron a lo largo del semestre se destacaron por su abundancia y recurrencia", explicó el consultor Eduardo Elorriaga.
Un año excepcional en la región núcleo
En la región núcleo, donde los promedios históricos oscilan entre 800 y 1200 milímetros anuales, el patrón espacial de lluvias se mantuvo con el clásico gradiente de oeste a este, pero con un rasgo distintivo: la media anual alcanzó 1222 mm, superando incluso los máximos habituales.
El 90% de las estaciones meteorológicas de la red BCR-GEA registró lluvias superiores a las de 2024, lo que dejó un excedente promedio del 21% interanual, equivalente a los ya mencionados 260 mm adicionales. Solo enero, junio y diciembre quedaron por debajo de las medias históricas; el resto de los meses presentó acumulados normales a superiores, con episodios que duplicaron e incluso triplicaron los registros estadísticos.
Entre los casos más destacados, Pergamino acumuló 180 mm en agosto, mientras que Bell Ville registró 172 mm en noviembre, en un contexto en el que comenzaba a evidenciarse un enfriamiento del Pacífico ecuatorial compatible con La Niña.
Dónde más llovió: el sudeste de la región núcleo
El mayor aporte de precipitaciones se concentró en el sudeste de la región núcleo, con verdaderos saltos interanuales. Rojas sumó 729 mm más que en 2024, seguida por Junín (+722 mm), Pergamino (+633 mm) y Baradero (+565 mm). Se trata de un giro de 180 grados respecto del inicio del año, cuando la zona atravesaba una sequía severa que golpeó con fuerza, especialmente, al maíz temprano.
Solo tres estaciones de las 36 que integran la red quedaron levemente por debajo de los registros del año pasado: Noetinger, Idiazábal y Hernando, en el sudeste cordobés, con déficits de 4%, 1% y 8%, respectivamente.
Diciembre cortó la racha y cerró con déficit
Luego de cinco meses consecutivos con lluvias por encima de la media, diciembre quebró la tendencia y finalizó con un acumulado promedio de 80 mm en la región núcleo, frente a los 110 mm que marca el valor histórico mensual, lo que representa un déficit del 27%.
La irregularidad fue marcada. En el norte bonaerense, Lincoln acumuló 47 mm, Baradero 51 mm y Pergamino 54 mm. En el sudeste de Córdoba, Bengolea registró apenas 40 mm y Noetinger, 52 mm. En contrapartida, algunas localidades lograron superar la media, como Pozo del Molle (161 mm), Hernando (125 mm), Laboulaye y Rosario (122 mm), Classon (118 mm) e Irigoyen (117 mm).
Desde la GEA explican que este comportamiento errático es típico de los meses de verano, dominados por lluvias convectivas, caracterizadas por su alta intensidad, corta duración y fuerte variabilidad espacial.
Humedad del suelo: señales de ajuste
Si bien las lluvias del 20 y 21 de diciembre resultaron claves para sostener el período crítico del maíz y el desarrollo de la soja, la aleatoriedad de los eventos posteriores, combinada con una ola de calor con máximas superiores a 30 °C, comenzó a reflejarse en el estado hídrico de los suelos.
Las reservas de agua al primer metro de profundidad se ubican entre regulares y escasas, en un escenario muy similar al de fines de 2024, cuando más del 50% del área mostraba condiciones de escasez o sequía. En el corto plazo, los pronósticos solo indican una baja probabilidad de chaparrones aislados hacia la tarde-noche del martes 30, sin nuevas precipitaciones relevantes al menos hasta comienzos de la próxima semana.
El contraste: lluvias extremas en el norte y el NEA
Mientras la región núcleo cerró diciembre con déficit, el norte argentino y el NEA registraron precipitaciones fuera de escala, con valores que duplicaron e incluso triplicaron los promedios normales, generando anegamientos e inundaciones en amplias zonas.
El caso más extremo se dio en Corrientes, donde se acumularon 530 mm en el mes, 3,5 veces el promedio histórico y el mayor registro desde 1996. En la misma provincia, Ituzaingó sumó 457 mm. En Chaco, Resistencia alcanzó 406 mm y Las Breñas, 291 mm. Oberá (Misiones) acumuló 342 mm; Federal (Entre Ríos), 293 mm; Las Lomitas (Formosa), 200 mm; y la ciudad de Santiago del Estero, 150 mm.
Así, el cierre de 2025 deja un escenario climático contrastante: exceso de lluvias en el norte y déficit puntual en la región núcleo, en un contexto donde el balance anual, sin embargo, resulta ampliamente favorable para el promedio agrícola.

