El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) publicó el calendario definitivo de vacunación contra la fiebre aftosa 2026, una herramienta central para la sanidad animal y la previsibilidad del sector ganadero. El cronograma establece las fechas de la primera y segunda campaña a lo largo del año, con aperturas y cierres diferenciados según provincias y planes sanitarios. 

La medida apunta a garantizar la cobertura total del rodeo bovino y bubalino, sostener el estatus sanitario del país y respaldar el acceso a los mercados internacionales. En un contexto donde la sanidad es una medida estratégica, el calendario vuelve a ordenar la agenda productiva y operativa de productores, veterinarios y entes sanitarios. 

¿Cuándo será la vacunación? 

De acuerdo con la información oficial, la primera campaña se desplegará mayoritariamente entre enero y abril, con variaciones regionales. Provincias del NOA como Jujuy, Salta, Catamarca y Tucumán presentan esquemas específicos por planes, mientras que en la región pampeana, compuesta por Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y La Pampa, la ventana principal se concentra entre marzo y abril. 

La segunda campaña se extenderá principalmente entre junio y agosto, aunque en algunas zonas se agregan instancias complementarias. El detalle por provincia y plan sanitario permite ajustar la logística en territorios con características productivas diversas, desde sistemas intensivos hasta regiones de monte y baja accesibilidad. 

El calendario también contempla planes especiales, como el del Impenetrable chaqueño, y esquemas diferenciados en Formosa, donde se distinguen planes del oeste y del resto de la provincia. Estas particularidades responden a criterios epidemiológicos y operativos definidos por el Senasa junto con los entes locales. 

Desde el organismo sanitario remarcan que respetar estrictamente las fechas es clave para evitar baches de cobertura y reducir riesgos sanitarios. La vacunación sistemática sigue siendo la principal barrera frente a la fiebre aftosa, una enfermedad que, de reintroducirse, tendría alto impacto productivo y comercial. 

Además del aspecto sanitario, el calendario incide directamente en la planificación productiva y comercial. La vacunación ordena movimientos de hacienda, trabajos a campo y costos, y se integra a otras decisiones del año ganadero, como destetes, ventas y recrías. 

En un escenario de márgenes ajustados y alta exigencia de los mercados, la previsibilidad permite reducir incertidumbre, coordinar a los actores involucrados y sostener un estatus sanitario que es clave para la competitividad del país. Cumplir el calendario no es solo una obligación sanitaria, sino también una inversión estratégica para toda la cadena cárnica.