Cultivo de servicio

El centeno como cultivo de servicio reduce hasta 75% la erosión hídrica y 88% la eólica

Un estudio realizado por investigadores confirmó que el centeno, utilizado como cultivo de servicio, puede reducir hasta un 75% la erosión hídrica y un 88% la erosión eólica.

26 de Noviembre de 2025

Un estudio realizado por investigadores del INTA y de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) confirmó que el centeno, utilizado como cultivo de servicio, puede disminuir de manera drástica los procesos erosivos en ambientes semiáridos: hasta un 75% la erosión hídrica y un 88% la eólica, incluso en terrenos con pendiente.

El centeno como cultivo de servicio reduce hasta 75% la erosión hídrica y 88% la eólica

La investigación se desarrolló entre 2021 y 2023 en un establecimiento cercano a Villa Mercedes, bajo un esquema de siembra directa y con soja como cultivo antecesor. Allí se compararon parcelas con y sin cultivos de servicio, midiendo el efecto de las lluvias y el viento sobre la pérdida de suelo.

Resultados contundentes en ambientes desafiantes

"Los resultados muestran que los cultivos de servicio son una herramienta eficaz para complementar la siembra directa y controlar la erosión en ambientes semiáridos", destacó Pablo Peralta, becario doctoral Conicet-INTA, quien remarcó que el centeno demostró un desempeño consistente durante las tres campañas evaluadas.

Por su parte, Juan Cruz Colazo, investigador del INTA San Luis, explicó que la cobertura del suelo alcanzó niveles superiores a los recomendados para prevenir la erosión: 62,5% en 2021 y 78% en 2023. "El centeno aportó la biomasa necesaria para proteger el suelo. Además de reducir la erosión, actúa como trampa de sedimentos y ancla el rastrojo, independientemente de la pendiente del terreno", señaló.

Una especie bien adaptada al semiárido

El ensayo también puso en evidencia la notable adaptación del centeno a las condiciones semiáridas de San Luis. La especie generó niveles de cobertura y biomasa más que suficientes para proteger el suelo: 3200 kilos de materia seca por hectárea en 2021 y 946 kilos en 2023. Según Peralta, "una siembra temprana permite acumular mayor biomasa aérea y radicular, lo que se traduce en una mejor protección frente a los procesos erosivos".

El manejo del secado es otro factor clave. La fecha óptima, de acuerdo con la experiencia local, se ubica entre septiembre y octubre, antes del estado de encañazón. Este manejo evita un consumo excesivo de agua y garantiza suficiente disponibilidad hídrica para el cultivo que sigue en la rotación. Los especialistas recomiendan monitorear el contenido de agua en el primer metro de suelo y no superar una diferencia de 30 milímetros respecto de un lote sin cobertura.

Sin mejoras en infiltración, pero con fuerte protección física

Si bien en este estudio no se observaron mejoras significativas en la infiltración del agua, los cultivos de servicio cumplieron un rol decisivo en la protección física del suelo: capturaron sedimentos, fijaron el rastrojo y amortiguaron la escorrentía.

Para los investigadores, estos resultados confirman que los cultivos de servicio son una herramienta de alto impacto para complementar la siembra directa, aportando sustentabilidad y estabilidad productiva en regiones donde la degradación del suelo es un riesgo permanente.

Una inversión a futuro

En términos económicos, los especialistas señalan que los beneficios no siempre se reflejan de manera inmediata. Sin embargo, remarcan que se trata de una inversión estratégica a mediano y largo plazo, orientada a mejorar la calidad del suelo y la estabilidad de los rendimientos.

El estudio concluye que la inclusión de cultivos de servicio, en especial el centeno, es una estrategia tecnológica clave para construir sistemas agrícolas más sostenibles, resilientes y capaces de enfrentar los procesos erosivos que caracterizan a los ambientes semiáridos del país.

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