El trigo suma 700 mil toneladas extra y eleva la producción nacional
La recta final de la cosecha triguera dejó rindes por encima de lo esperado y sumó 700 mil toneladas al volumen nacional, mientras soja y maíz avanzan con buen respaldo hídrico
El cierre de año trajo una sorpresa positiva para la campaña agrícola argentina. Los resultados finales de la cosecha de trigo en el sur del área agrícola mostraron rindes superiores a los previstos y permitieron ajustar al alza la proyección de producción nacional. Este ajuste se da en un contexto donde el resto de los cultivos transitan etapas clave con condiciones mayormente favorables.
Según el relevamiento al 30 de diciembre realizado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, la cosecha de trigo alcanzó el 92,8% del área apta, con un rinde promedio nacional de 43,2 quintales por hectárea. La generalización de las labores en el centro y sudeste de la provincia de Buenos Aires fue determinante para explicar el salto productivo, con registros iguales o incluso superiores a máximos históricos en varias zonas.
Este desempeño permitió elevar la proyección de producción en 700 mil toneladas, llevando el volumen total estimado a 27,8 millones de toneladas. De mantenerse condiciones favorables, el informe prevé que la recolección pueda completarse hacia mediados de enero, cerrando así una campaña que termina mejor de lo que se anticipaba semanas atrás.
El desempeño de la campaña gruesa
En paralelo, la soja continúa avanzando en la implantación con una cobertura del 82% del área proyectada a nivel nacional. Ademas, el 96,1% de los lotes en condición Normal o Buena y un 97% con humedad Adecuada u Óptima. Las lluvias recientes, si bien demoraron las labores en el norte del país, resultaron claves para sostener el potencial del cultivo en plena ventana de siembra.
A su vez, la soja de primera comienza a ingresar en estadios reproductivos. En este sentido, el 17,3% del área ya transita esa fase, con mayor desarrollo en los núcleos productivos y en el norte de La Pampa-oeste de Buenos Aires. En cuanto a la soja de segunda, la implantación alcanza el 71,9% de la intención, con buenas emergencias pese a algunas resiembras puntuales por anegamientos.
El maíz, por su parte, avanza hacia el cierre de la ventana tardía. La siembra cubre el 84,2% del área proyectada y la disponibilidad de humedad en los perfiles favorece el establecimiento de los lotes recientes. El maíz temprano atraviesa el período crítico con un 83,1% del área en condición Buena o Excelente, sostenido por una oferta hídrica que continúa acompañando al cultivo.
En cuanto al girasol, las lluvias en el norte del área agrícola generan demoras en la cosecha por falta de piso. Hasta el momento se recolectó el 6,9% del área apta, con un rinde promedio de 22,7 qq/ha. Mientras en el NEA los rendimientos se ubican por encima del máximo histórico, en el centro-norte de Santa Fe los primeros lotes muestran valores más bajos, aunque se espera una mejora a medida que avancen las labores.
El sorgo granífero también muestra avances, con un progreso del 67,9% de la superficie proyectada. En el centro del país la siembra está próxima a finalizar, mientras que en el norte el ritmo se ajusta a la disponibilidad hídrica, con excesos que limitan el ingreso a los lotes en el NEA y mejores condiciones en el NOA.
El inesperado plus del trigo mejora el balance productivo y aporta optimismo en un contexto donde soja y maíz sostienen buenas condiciones de cultivo, aunque con desafíos operativos ligados al clima. De cara al inicio del 2026 la atención estará puesta en la evolución de las lluvias y en cómo acompañarán las etapas de mayor demanda hídrica, claves para transformar el buen arranque en resultados concretos al final de la campaña.

