La actividad económica argentina registró en octubre de 2025 una mejora interanual del 3,2%, según el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) difundido por el INDEC. Dentro de ese desempeño, el sector de agricultura, ganadería, caza y silvicultura volvió a mostrar números positivos, confirmando su rol clave en la dinámica productiva del país. 

De acuerdo con el informe oficial, la actividad agropecuaria creció 2,7% en la comparación interanual, afianzando una recuperación que se viene observando desde fines de 2024. Si bien el ritmo de crecimiento fue moderado, el dato cobra relevancia en un contexto económico aún marcado por señales dispares entre los distintos sectores. 

En términos de nivel de actividad, el índice del sector agropecuario se ubicó en 68,7 puntos durante octubre. Se trata de un valor estacionalmente bajo, habitual para esta época del año, pero que supera al registrado en el mismo mes de 2024 y confirma una mejora gradual respecto de los mínimos observados en campañas anteriores. 

El comportamiento del agro se dio en un escenario donde doce de los sectores que integran el EMAE registraron subas interanuales, mientras que solo tres mostraron caídas. En ese marco, la agricultura y la ganadería aportaron de manera positiva al resultado general, aunque con una incidencia menor frente a sectores como intermediación financiera o actividades inmobiliarias. 

A lo largo de 2025, el sector agropecuario mostró una evolución más estable que en años previos. En los primeros meses del año, las variaciones interanuales oscilaron entre 1% y casi 7%, con picos asociados a momentos de mayor actividad productiva y comercialización, y retrocesos puntuales ligados a la estacionalidad. 

El informe del INDEC también señala que, pese al crecimiento interanual, el EMAE mostró en octubre una caída mensual del 0,4% en la medición desestacionalizada, mientras que la tendencia-ciclo se mantuvo sin cambios. Este comportamiento refleja que la recuperación no es lineal y que algunos sectores comienzan a mostrar señales de desaceleración.

En ese contexto, el agro vuelve a destacarse por su capacidad de amortiguar las oscilaciones del resto de la economía. Aunque su crecimiento no es el más elevado en términos porcentuales, su peso estructural y su incidencia sobre la industria, el transporte y el comercio le otorgan una relevancia estratégica. 

Los datos de octubre confirman que la agricultura y la ganadería dejaron atrás el escenario más crítico y transitan una etapa de recuperación gradual. Sin grandes saltos, pero con números consistentes, el sector vuelve a posicionarse como uno de los pilares de la actividad económica.