La Asociación Rural del Paraguay (ARP) encendió una señal de alerta por el impacto que la caída del dólar está teniendo sobre el sector ganadero, en un contexto en el que, paradójicamente, los precios internacionales de la carne muestran una mejora significativa. Según la entidad, la apreciación del guaraní redujo de manera abrupta los ingresos reales de los productores y afectó uno de los pilares históricos del negocio: la previsibilidad.

De acuerdo con la ARP, si bien el precio externo de la carne paraguaya registró un aumento cercano al 20% interanual, ese incremento no se reflejó en el bolsillo del productor. Al contrario, al trasladarse los valores a la moneda local, el ingreso percibido cayó alrededor de un 25% en apenas tres o cuatro meses, producto de la baja del dólar frente al guaraní.

El problema central, remarcan desde la entidad, es la estructura del negocio ganadero. Los productores son tomadores de precios fijados en dólares en los mercados internacionales, mientras que la mayor parte de sus costos -mano de obra, servicios, impuestos e insumos locales- se afrontan en guaraníes. En ese esquema, la depreciación del dólar erosiona rápidamente los márgenes, incluso cuando el escenario externo es favorable.

Durante 2025, la cotización del dólar en Paraguay descendió a niveles que no se veían desde hace varios años, impulsada por factores como la fortaleza del guaraní, el ingreso de divisas y el debilitamiento global de la moneda estadounidense. Esta dinámica cambiaria coincidió con un buen desempeño del complejo cárnico en los mercados internacionales, con mayores precios y una demanda sostenida desde destinos clave como Chile, Taiwán, Israel, Estados Unidos y Canadá.

Las exportaciones de carne vacuna paraguaya mostraron un crecimiento tanto en volumen como en valor durante el año, consolidando al país como uno de los principales proveedores de la región. Sin embargo, desde la ARP advierten que este dinamismo externo contrasta con la situación interna del productor, que ve reducida su rentabilidad y enfrenta mayores dificultades para planificar inversiones, retener hacienda o proyectar su producción a mediano plazo.

"La ganadería siempre se caracterizó por ser un negocio de márgenes ajustados pero estables. Hoy esa previsibilidad se perdió", señalaron desde la entidad rural, que reclamó medidas para mitigar el impacto del tipo de cambio sobre el sector. Entre las preocupaciones también aparece el riesgo de que esta situación afecte la competitividad futura, en un contexto regional cada vez más exigente.

El planteo de la ARP se suma al de otros sectores exportadores que observan con inquietud la evolución del dólar y su impacto sobre la economía real. Mientras tanto, los productores ganaderos paraguayos enfrentan el desafío de sostener la actividad en un escenario donde los buenos precios internacionales no alcanzan para compensar el efecto del tipo de cambio sobre sus ingresos.