El mercado internacional de las cerezas enfrenta un momento complejo, marcado por una oferta global que supera la capacidad de absorción de la demanda en los destinos tradicionales, como China, Europa y Estados Unidos. Esta tensión vuelve a poner sobre la mesa los desafíos estructurales y coyunturales que atraviesa la industria frutícola chilena -que sigue siendo el principal exportador mundial- y otros orígenes productivos, mientras la producción global y la competencia entre regiones se reconfiguran.

La temporada 2025-2026 de las cerezas ha sido definida por una producción global en transición, con una disminución de cosechas en el hemisferio norte debido a factores climáticos, disponibilidad de mano de obra y costos productivos, mientras que el hemisferio sur, encabezado por Chile, reafirma su protagonismo exportador en contraestación.

Chile lidera, pero con nuevos equilibrios

En Chile, la industria consolidó su liderazgo en la exportación de cerezas frescas, concentrando el mayor volumen de envíos internacionales durante la campaña actual y manteniendo a China como principal mercado destino. Sin embargo, los exportadores trabajan para diversificar sus destinos hacia Estados Unidos, Europa, América Latina e India, en respuesta a la creciente presión de la oferta y la necesidad de reducir la dependencia de un único mercado.

Aunque la campaña deja cifras importantes -con Frutas de Chile estimando envíos por 131 millones de cajas en 2025-2026- la Federación de Productores de Frutas (Fedefruta) proyecta un menor volumen de fruta en comparación con años recientes, atribuido a decisiones agronómicas orientadas a mejorar la calidad y al fenómeno de "resaca productiva" tras campañas muy abundantes.

El enfoque en la calidad y condición de la fruta se ha convertido en una prioridad, ya que los estándares de los mercados de destino exigen frutos con mejor presentación, sabor y vida útil durante el transporte. Este factor cobra relevancia en un contexto donde la oferta crece y los consumidores tienen mayor poder de elección.

Escenario global y competencia entre orígenes

Fuera de Chile, otros países también enfrentan escenarios mixtos. En el hemisferio norte, la producción se vio afectada por heladas y condiciones adversas, mientras que regiones como Sudáfrica registran temporadas favorables y buscan abrir mercados clave como China para la temporada 2026-2027.

Por su parte, Argentina mantiene su papel en nichos de mercado, enfocándose en calidad y diversificación de destinos más allá de China, aunque con volúmenes menores en comparación con los grandes exportadores. Algunas regiones europeas, por su parte, registran dinamismo tanto en producción como en consumo interno, con España destacándose por su cosecha local y esfuerzos por abrir mercados, incluido el acceso a China bajo nuevos protocolos fitosanitarios.

Demandas y expectativas del mercado

La presión de la oferta ha generado tensiones en precios y logísticas, especialmente en China, donde el consumo no siempre ha logrado absorber los altos volúmenes importados. Este factor obliga a la industria a buscar nuevos destinos y ventanas comerciales, así como a reforzar la calidad y diferenciación del producto para mantener la competitividad internacional.

A medida que avanza la temporada 2025-2026, la industria global de cerezas trabaja para ajustar su producción, mejorar la logística (como servicios de transporte directo a mercados distantes) y explorar oportunidades en mercados emergentes que podrían ofrecer salidas alternativas frente a la creciente oferta global.

En definitiva, la dinámica actual muestra que, si bien la producción puede continuar expandiéndose, la capacidad de la demanda de absorber estos volúmenes -especialmente en los principales destinos de exportación- será determinante para los precios y la sustentabilidad de la cadena productiva a nivel mundial.