Lluvias que valen oro: casi 40 mm impulsan al maíz y alimentan expectativas de una campaña récord
El aporte hídrico refuerza las perspectivas productivas y sostiene el optimismo de cara al cierre del año y el inicio de la campaña gruesa.
La llegada de las lluvias superó ampliamente los pronósticos y dejó casi 40 milímetros promedio en la región núcleo, un aporte clave en la antesala de la Navidad y en pleno período crítico del maíz temprano. El agua llegó en el momento justo, cuando el cultivo define el número de granos por espiga, y afianzó las expectativas de una campaña con potencial para marcar récords productivos.
Entre las precipitaciones del sábado 22 de diciembre y las registradas en las últimas horas del domingo, el promedio de las 36 estaciones de la red GEA/BCR alcanzó los 38,5 milímetros. El 70% de la región núcleo recibió más de 30 mm, con registros destacados en Rufino (90 mm), Laboulaye (80 mm), María Teresa (64 mm), Guatimozín (54 mm), Chacabuco (46 mm) y Rosario (44 mm). Si bien las lluvias se presentaron de manera errática y dispersa, dejaron mucha más agua de la esperada y se transformaron en un verdadero alivio para los maizales.
"Estos milímetros hoy valen oro", coinciden asesores de la región. El aporte hídrico llega en el momento más sensible del cultivo, cuando se define el número de granos, el principal componente del rinde final. A diferencia de la campaña pasada, cuando las lluvias se cortaron a partir del 14 de diciembre, el ciclo 2025/26 muestra una regularidad pluvial poco frecuente: prácticamente llovió todas las semanas. El optimismo es generalizado y comienzan a escucharse proyecciones que apuntan a superar los rindes de los últimos cinco años.
El escenario climático también trajo lluvias importantes al centro y norte de la región pampeana y al norte del país. En provincias como Misiones, Corrientes y Entre Ríos se registraron acumulados superiores a los 100 milímetros, mientras que las precipitaciones alcanzaron también a Chaco y Santiago del Estero. En contraste, zonas como La Pampa y el centro y sur de Buenos Aires recibieron menos agua de la prevista, mientras que Córdoba y Santa Fe sorprendieron con registros significativos.
Según explicó el consultor de GEA/BCR, Alfredo Elorriaga, "cambió la lógica" del patrón climático. El mayor enfriamiento del Pacífico ya habría quedado atrás y el fenómeno de La Niña se perfila como corto, débil y de bajo impacto para la Argentina. La anomalía de la temperatura superficial del océano pasaría de -0,77 en diciembre a -0,61 en enero, un valor cercano a la neutralidad. De mantenerse este comportamiento, diciembre podría cerrar con lluvias por encima de la media histórica en gran parte de la región pampeana, convirtiéndose en el sexto mes consecutivo con registros superiores a lo normal.
Para los próximos días se espera una probabilidad de chaparrones aislados durante Nochebuena, un mejoramiento temporario a partir del jueves 25 y el retorno de condiciones inestables en la madrugada del sábado 27. Los pronósticos anticipan nuevas lluvias y tormentas antes de fin de año, que podrían consolidar la tendencia húmeda del mes, siempre dependiendo de su distribución.
En paralelo, el buen escenario hídrico acompaña el cierre de la cosecha triguera, que dejó un rinde promedio récord de 60 quintales por hectárea y una producción de 10,4 millones de toneladas, la mayor registrada para la región. El entusiasmo por los resultados productivos convive, sin embargo, con la preocupación por los precios, que ajustan la rentabilidad y condicionan las decisiones de siembra para la próxima campaña. En este contexto, el desempeño de la soja y el maíz será clave para terminar de recomponer las finanzas del productor tras varios ciclos marcados por la sequía.

