Cereales en alza

Los cereales rompen la tendencia mundial: única suba de precio

El índice de precios de los alimentos de la FAO volvió a caer en noviembre, con descensos generalizados en casi todos los rubros excepto los cereales, que mostraron subas por factores geopolíticos y comerciales

9 de Diciembre de 2025

El mercado global de alimentos profundizó en noviembre su tendencia bajista. Según el índice de precios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los valores internacionales promediaron 125,1 puntos en el mes, lo que representa un retroceso del 1,2 % frente a octubre. Se trata del tercer mes consecutivo de disminuciones y consolida un nivel 2,1 % inferior al registrado un año atrás. 

Pese a esta corrección, el dato más significativo es la brecha respecto del pico alcanzado en marzo de 2022. En este sentido, los precios actuales se ubican 21,9% por debajo de aquel máximo histórico, reflejando un reacomodamiento de los mercados tras los shocks productivos y logísticos de los últimos años. 

Los cereales en alza 

El informe muestra una caída generalizada en casi todos los principales alimentos básicos, con una única excepción: los cereales. Este comportamiento contrastante resalta la sensibilidad del sector a factores externos como la geopolítica, el clima y la demanda global. 

El índice de precios de cereales aumentó 1,3% en noviembre, con un rol protagónico del trigo, que subió 2,5%. Aunque las perspectivas de oferta mundial siguen siendo favorables (incluyendo buenas cosechas en Argentina y Australia), los valores se encarecieron por un posible mayor interés de China en trigo estadounidense, la continuidad del conflicto en la región del Mar Negro y las expectativas de menor superficie sembrada para 2026 en Rusia. 

El maíz también aportó a la suba, impulsado por la firme demanda de los suministros brasileños. Por el contrario, el arroz mostró un retroceso, ya que el índice específico de la FAO evidenció caídas ante una demanda de importación más moderada sobre todo para las variedades índica y aromática. 

El desempeño de otros alimentos 

En aceites vegetales, el retroceso fue más marcado, con una caída del 2,6% respecto de octubre, afectado por bajas en las cotizaciones del aceite de palma, colza y girasol. Estas disminuciones superaron el leve aumento del aceite de soja, cuyo precio encontró sostén en la fuerte demanda del sector del biodiésel, especialmente en Brasil.

La carne también retrocedió en un 0,8 %, presionado por la baja en los precios de la carne aviar. La abundancia de oferta exportable y la creciente competencia global, incluido el esfuerzo de Brasil por recuperar mercados tras el levantamiento de restricciones sanitarias, acentuaron este descenso. 

Los precios de la carne porcina también disminuyeron, principalmente por el exceso de suministros en la Unión Europea y por la poca demanda china, fuertemente influenciada por la aplicación de aranceles a las importaciones. En cambio, las cotizaciones de la carne bovina se mantuvieron prácticamente estables, mientras que los valores del ovino registraron un incremento. 

El segmento lácteo atravesó uno de los retrocesos más pronunciados del mes, con una contracción del 3,1% en el índice de precios. La disminución respondió particularmente a las bajas en manteca y leche entera en polvo, consecuencia de un aumento en la producción de leche y de una amplia disponibilidad exportable en las principales regiones productoras. 

El azúcar encabezó la baja general del mes con una caída del 5,9 % respecto de octubre. La tendencia estuvo impulsada por expectativas de abundantes suministros globales y por el fuerte desempeño productivo en Brasil, India y Tailandia, tres actores clave del mercado mundial. 

Los datos de noviembre consolidan un escenario de alivio en los precios internacionales de los alimentos, aunque aún altamente dependiente de factores externos que afectan a productos clave como los cereales. Las bajas generalizadas podrían contribuir a reducir presiones inflacionarias en numerosos países, pero la volatilidad geopolítica, el clima y las decisiones comerciales de grandes productores siguen condicionando la estabilidad del mercado. 

Para Argentina, el contraste entre la baja global y el repunte de los cereales propone una ventana de oportunidad comercial y estratégica. La firmeza en los precios internacionales del trigo y el maíz, en un momento en que la mayoría de los alimentos muestran retrocesos, podría mejorar los márgenes de exportación y reforzar la competitividad del país en mercados que permanecen altamente sensibles a la disponibilidad global. 

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