El principal diagnóstico que surge del balance anual presentado por la Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores y otros Equipamientos Agrícolas e Industriales (AFAT), es que la industria de la maquinaria agrícola cerró 2025 con algunos indicadores en alza, pero lejos todavía de un proceso sostenido de renovación. Y pone el foco en el contraste entre el alto potencial tecnológico disponible y un parque de máquinas envejecido que limita la eficiencia del agro argentino. 

De acuerdo con mencionadas por la misma entidad, la cosecha gruesa 2025/26 alcanzaría los 142,6 millones de toneladas, un 8,9% más que la campaña anterior. Sin embargo, con una mayor adopción tecnológica, el país podría escalar de manera sostenible hasta los 155 millones de toneladas. En ese escenario, la maquinaria aparece como un factor clave para capturar ese salto productivo. 

Desde AFAT destacan que la tecnología ya está disponible en el mercado local. En cosecha de granos, la incorporación de sensores y sistemas automáticos de regulación permite reducir pérdidas entre un 15% y un 20%. En pulverización, la aplicación selectiva con inteligencia artificial puede generar ahorros de entre el 70% y el 80% en herbicidas, mientras que el uso de electroválvulas por pico reduce solapamientos y recorta entre un 5% y un 10% el consumo de fitosanitarios. La innovación, subrayan, no sólo mejora costos, sino también la sustentabilidad ambiental y la competitividad. 

Sin embargo, ese potencial choca con el envejecimiento del parque de maquinaria. Ya que entre el 70% y el 80% de los tractores en uso supera los 15 años, y una proporción similar de las cosechadoras tiene más de una década de antigüedad. Este retraso tecnológico encarece la operación, reduce la eficiencia y limita la adopción de prácticas más precisas y sostenibles. 

El desempeño del mercado durante 2025 mostró una recuperación moderada, pero insuficiente para revertir esa situación. En los primeros once meses del año se patentaron 4.882 tractores, un 2% más que en igual período de 2024; 688 cosechadoras, con una suba del 21%; y 618 pulverizadoras, un 3% por encima del año anterior. Para AFAT, estos números reflejan una recomposición gradual de la demanda, aunque todavía muy por debajo de los niveles necesarios para impulsar una renovación profunda del equipamiento a escala nacional. 

En este sentido, la entidad señala: "Más allá de las señales tímidamente positivas, persisten factores que limitan el desarrollo de la industria, como la elevada carga fiscal; la falta de financiamiento accesible; la volatilidad macroeconómica, que desalienta la planificación y la competencia en condiciones desiguales frente a maquinaria importada". 

Además de generar grandes beneficios a nivel productivo, si se considera a las ocho empresas a las que representa AFAT, la industria propia de la maquinaria agrícola genera más de 15.000 puestos de trabajo. Convirtiéndose también en un gran generador de empleos a nivel nacional. Es por estos motivos que hoy se celebra el Día de la Maquinaria Agrícola, fecha instituida en 1951 cuando la actividad fue declarada de "interés nacional". 

Sin embargo, el 2025 deja un balance tanto con señales de recuperación y tecnología de punta lista para ser adoptada, como de oportunidades perdidas por restricciones estructurales que se repiten año tras año. De cara a 2026, el desafío será transformar la mejora coyuntural en un proceso sostenido que permita modernizar el parque de maquinaria y alinear definitivamente la industria con el crecimiento que el propio sector agropecuario está en condiciones de generar.