Optimismo en alza: el agro muestra su mayor nivel de confianza desde 2024
La última encuesta SEA de CREA mostró una fuerte mejora en el Índice de Confianza del Empresario Agropecuario, que vuelve a niveles de hace un año y marca máximos en las expectativas futuras, aún en un contexto de excesos hídricos y cautela para invertir
La última edición del Sistema de Encuestas Agropecuarias (SEA) de CREA, realizada en noviembre, registró una marcada recuperación del Índice de Confianza del Empresario Agropecuario (ICEA), el cual llegó a 67 puntos debido a mejores expectativas sobre la evolución de la economía argentina. De esta forma, el indicador volvió al nivel que mostraba un año atrás, rompiendo con varios meses de pesimismo y abriendo una ventana de expectativa en un sector que venía golpeado por la incertidumbre macroeconómica y los eventos climáticos.
El subíndice de perspectivas futuras llegó a su valor más alto desde marzo de 2025, señal de que los empresarios esperan un escenario mejor para los próximos meses. Sin embargo, el subíndice que refleja la situación presente continúa estancado, lo que muestra que la mejora por el momento se encuentra más en las expectativas que en el día a día de las empresas.
"La recuperación del ICEA se apoya en la posibilidad de que un ordenamiento macroeconómico habilite los cambios micro necesarios para ganar competitividad y sostener a las empresas", explicó Ariel Angeli, líder de la unidad de Investigación y Desarrollo de CREA. En otras palabras, el productor empieza a ver un horizonte distinto, pero todavía pisa con cuidado.
Esa cautela se refleja con claridad en las decisiones de inversión, ya que solo el 29% de los encuestados considera que hoy es un buen momento para invertir, pese a la mejora en la confianza general. El resto se reparte entre quienes perciben condiciones desfavorables o, directamente, se muestran indiferentes, a la espera de señales más firmes.
A la incertidumbre económica se suma un frente climático complejo, en el cual los excesos hídricos de los últimos meses configuraron un escenario crítico en varias regiones. En este sentido, el 29% de los 1678 empresarios y asesores consultados reportó anegamientos que comprometieron, en promedio, un 24% de la superficie productiva, siendo la provincia de Buenos Aires una de las más afectadas.
Más allá de las hectáreas que no se pueden sembrar o cosechar, los anegamientos generan una cascada de problemas, ya que producen disrupciones en sistemas ganaderos y lecheros, dificultades sanitarias, trabas logísticas para mover hacienda y granos, e incluso complicaciones financieras para empresas que ven demorados sus flujos de ingresos.
En este contexto, la planificación de la campaña agrícola 2025/26 también se debe reacomodar. Tal es este escenario que entre los productores encuestados se prevé un crecimiento importante del maíz tardío respecto de 2024/25 y aumentos más moderados del girasol y del maíz temprano. La contracara es la soja, que recortaría superficie principalmente por condiciones de precios relativos menos favorables para la oleaginosa.
El nuevo repunte del ICEA deja una clara imagen de que el campo vuelve a creer en un futuro mejor, pero todavía convive con campos bajo el agua, márgenes ajustados y prudencia a la hora de invertir. El desafío, de aquí en adelante, será transformar esa expectativa en realidad, con reglas claras y condiciones que permitan que la confianza se traduzca en decisiones concretas de producción y crecimiento.

