Retenciones: un alivio parcial para el agro en un mercado que sigue bajo presión
Si bien el Gobierno anunció una reducción de los aranceles a la exportación para mejorar la competitividad, los márgenes y la dinámica del mercado internacional limitan el impacto inmediato de la medida
La nueva reducción de las retenciones anunciada por el Gobierno Nacional ha vuelto a poner a la agricultura en el centro del debate económico. Mientras el Ejecutivo destacó que la reducción busca mejorar la competitividad y avanzar hacia una futura eliminación del impuesto, en el mercado la interpretación fue cautelosa.
A pesar del inminente apoyo del sector agropecuario ante una nueva reducción de las retenciones, la medida tiene lugar en un contexto donde los precios internacionales, los márgenes industriales y la dinámica global matizan cualquier beneficio inmediato. Así lo describe el informe, elaborado por el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
Según este informe, la reducción de las retenciones generó resultados dispares en el mercado, ya que, a pesar de la desgravación fiscal, la industria debería mostrar márgenes positivos de entre 10 y 12 USD por tonelada, pero continúa en terreno negativo. Hacia la cosecha, se espera que los márgenes se sitúen entre 20 y 30 USD por tonelada, pero aún no están consolidados.
La advertencia principal del informe es: "no corresponde esperar un traslado lineal de la reducción impositiva al precio, dado que éste se determina, en última instancia, por oferta y demanda. Aún resta conocer la letra chica de la norma para determinar si la baja es transitoria o si tendrá condicionantes, y queda flotando la duda de si esta decisión es un cierre definitivo o un primer paso: por ahora, la medida tiene gusto a poco".
Soja: transición y mercados externos
En cuanto a la soja, el mercado local atraviesa un período de transición. Los últimos barcos con porotos adquiridos con retenciones del 0% están terminando de embarcar, y a partir de ahora, el liderazgo recaerá en la industria. Los valores para la nueva cosecha parecen altos, pero con la siembra aún en marcha, con retrasos debido al exceso de lluvias, las perspectivas de producción están lejos de definirse.
El informe también señala que la medida fiscal llega en un momento en que los factores externos pesan más que la desgravación fiscal. En este contexto, China mantiene la incertidumbre sobre su demanda, y aunque existe un objetivo de compra de 12 millones de toneladas de soja, las propias autoridades estadounidenses extendieron el plazo hasta febrero, cuestionando su cumplimiento, de manera que se mantienen las existencias altas y limita la reacción de los precios.
Maíz: piezas que faltan por acomodar
En el maíz, el contexto es similar, ya que los precios se mantienen sólidos, pero Estados Unidos se ve excluido del mercado internacional debido a valores demasiado altos, lo que nuevamente posiciona a Sudamérica. Argentina está colocando barcos, pero Brasil sigue teniendo excedentes significativos, aunque gran parte de ellos se ve frenado por su fuerte consumo interno.
A nivel local, la demanda de maíz "viejo" se mantiene activa a pesar de la reducción de la cartera de embarques, y también existe interés en maíz nuevo, especialmente para julio. Esto refleja el riesgo productivo de la safrinha brasileña y la solidez del consumo interno regional. Mientras tanto, los maíces argentinos tempranos se encuentran en excelentes condiciones, con rendimientos potencialmente muy altos.
Trigo: cosecha récord con presión de precios
En trigo, la cosecha avanza con volúmenes significativos, pero con bajo contenido de proteína, consecuencia directa de rendimientos excepcionalmente altos que "agotaron todos los nutrientes", incluso con una fertilización agresiva. El mercado interno presiona los precios a la baja tras dos días récord de descarga de camiones.
Los envíos de trigo de Argentina alcanzaron un récord de 1,2 millones de toneladas en noviembre y la lista de espera supera el millón. Sin embargo, solo el 18% de la producción tiene un precio firme, muy por debajo del promedio histórico del 28%. Mientras tanto, el mercado internacional continúa estabilizándose gracias a las mayores producciones previstas en Canadá y Australia.
A este panorama se suma la siembra de soja y maíz, que avanza a ritmos diferentes según la región. La soja cubre el 45% de la superficie, aún 10 puntos por debajo del año pasado, pero solo dos puntos por debajo de la tasa histórica. Por su parte, el maíz alcanza una implantación del 44%, lo que marca el inicio oficial de las siembras tardías.
La nueva reducción de las retenciones fiscales se presenta una vez más como un gesto político y económico que busca reactivar la competitividad del sector agrícola, pero el contexto muestra que el impacto inmediato será limitado. Con mercados internacionales bajo presión, márgenes industriales negativos y escenarios productivos aún por consolidar, el sector percibe la medida como un paso, pero no como la solución.
Para que la reducción de impuestos se traduzca en mejoras reales para el productor, el mercado necesitará previsibilidad, estabilidad macroeconómica y señales claras de continuidad en la política fiscal. Mientras estas condiciones no estén dadas, la sensación predominante de estas medidas es el poco impacto real.

