Diversificar

El polen gana protagonismo y se convierte en un motor de diversificación

Un informe del INTA revela que el polen del Delta, de alta calidad y origen botánico único, impulsa nuevas alternativas productivas para apicultores de la región. Su valor agregado y potencial económico lo posicionan como un complemento estratégico de la miel.

27 de Noviembre de 2025

 En plena temporada de cosecha, un análisis del INTA Delta del Paraná y el IPAF Región Pampeana destaca al polen como una alternativa clave para la diversificación y el fortalecimiento del sistema productivo apícola. Gracias a su origen botánico único, la región del Delta ofrece un polen de alta calidad que permite a los productores desarrollar distintos subproductos con valor agregado.

La zona es considerada una de las más productivas y biodiversas del país, lo que confiere a su polen características diferenciadas. Según un informe de investigadores del INTA y el IPAF, esta producción puede complementar actividades tradicionales como la miel, los núcleos vivos, la jalea real, los propóleos o el apiturismo.

Para Manuel Manzoni, investigador del INTA Delta del Paraná, el atractivo principal del polen no radica únicamente en su mayor valor comercial: "su potencial está en diversificar ingresos y fortalecer la sostenibilidad del sistema productivo". El informe remarca que la inclusión del polen permite alcanzar el umbral económico de una unidad productiva con una menor cantidad de colmenas que en el caso de la miel.

Según datos del Registro Nacional de Productores Apícolas (RNPA) 2025, la región produce alrededor de 9.472 kilos por año, considerando aportes de Buenos Aires, Entre Ríos y CABA.

La investigadora del IPAF, Luciana Fingermann, subraya que el polen "no compite con la miel, sino con los suplementos dietarios", y destaca su creciente valorización. El polen argentino es reconocido por su contenido de aminoácidos esenciales y sus propiedades antioxidantes y antimicrobianas. Aunque en la normativa nacional no está tipificado como alimento funcional, en otros países sí se considera dentro de esa categoría.

El polen proviene de una amplia diversidad de especies. Un estudio del INTA identificó aportes significativos de chilca, ceibo, zarzamora, trébol blanco, ligustro, falso índigo, eucalipto y sauce, entre otras. Allí se registraron 29 tipos polínicos, y el contenido de proteína bruta superó el 20 % en varias temporadas.

La diversificación también se fortalece mediante el agregado de valor: diferenciación de origen, procesamiento, envasado y desarrollo de subproductos. Entre ellos se destacan el polvo de polen, los extractos bebibles y la miel con polen. "No sacar polen es perderte esa posibilidad", reflexionó el apicultor del Delta Edelmar Abratte, quien señaló que el esfuerzo adicional no requiere cambiar la estructura de la colmena.

Las innovaciones técnicas también juegan un rol clave. Gabriel Giuliano, investigador del INTA Delta del Paraná, destacó la importancia de la trampa de piso, que permite espaciar la recolección entre 24 y 72 horas -e incluso hasta una semana-, una tecnología especialmente útil para la dinámica productiva del Delta.

Desde el INTA remarcan que la mejora continua de los procesos de producción, así como el cuidado de la inocuidad en toda la cadena, son fundamentales para consolidar esta alternativa. En ese sentido, Sergio Dumrauf, investigador del IPAF Región Pampeana, afirmó que "la diversificación apícola con polen se consolida como una opción sostenible y de alto valor agregado, en línea con el trabajo que impulsa el INTA para promover la innovación y el desarrollo territorial".

Además de aportar un ingreso adicional para las familias apícolas, la producción de polen exige un compromiso permanente con la innovación tecnológica y las buenas prácticas apícolas y de manufactura, posicionándose como un eje clave para el futuro del sector en el Delta del Paraná.