La calidad de la semilla de soja marca el arranque de la campaña cordobesa 2025/26
Nuevos análisis revelan que el 93% del poder germinativo supera los estándares oficiales, un dato clave frente a una campaña que sembrará más de 4 millones de hectáreas, mayormente en fechas tardías
La campaña de soja 2025/26 comienza con la calidad de la semilla bajo la lupa. En este sentido, los resultados del laboratorio de la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA) muestran que el material disponible presenta un poder germinativo promedio del 93%, con más de la mitad de las muestras clasificadas como "excelentes". En un año donde predominarán las siembras tardías, este nivel de calidad cobra especial relevancia para asegurar una implantación rápida y uniforme.
Según estimaciones del Departamento de Información Agronómica de la BCCBA, la superficie sojera superará los 4 millones de hectáreas, de las cuales un 38% corresponde a siembras tempranas. Esto implica que la mayor proporción del cultivo se hará en fechas tardías, donde cualquier falla en la emergencia puede comprometer el rendimiento final.
El informe detalla que, durante el almacenamiento postcosecha, las semillas experimentan un envejecimiento natural que reduce su vigor y su capacidad germinativa. Por ello, evaluar la calidad antes de la siembra se vuelve un paso técnico ineludible para evitar pérdidas en las primeras etapas del ciclo.
Los resultados del análisis reflejan un panorama alentador: el 51% de las muestras alcanzó la categoría "excelente" (más del 95% de PG) y el 92% superó el estándar mínimo establecido por INASE, fijado en un 80% de PG. Estos valores permiten anticipar una buena capacidad de implantación en la campaña que comienza.
Fuente: Bolsa de Cereales de Córdoba
La distribución de categorías también es indicativa del estado del material: mientras "excelente", "muy buena" y "buena" concentran la gran mayoría de las muestras, las calificaciones "regular" y "mala" representan apenas el 8%, una proporción reducida para un ciclo con alta demanda de semilla.
Con una superficie en expansión y un calendario inclinado hacia fechas tardías, la disponibilidad de semillas con alta capacidad de germinación se posiciona como un factor clave para la productividad. De esta manera, la campaña 2025/26 se inicia con un elemento técnico a favor que podría reducir riesgos en la implantación y mejorar las chances de un ciclo exitoso.