Producción histórica de trigo: el récord que no se refleja en dólares
A pesar de una cosecha de trigo sin precedentes, Argentina no logra traducirla en un aumento proporcional de divisas por exportaciones, debido a precios internacionales deprimidos y distorsiones del mercado
De acuerdo al último informe realizado por la Fundación Mediterránea, la producción de trigo en Argentina para la campaña 2025/26 se perfila como la más grande de la historia del país, con estimaciones oficiales que rondan los 26,8 millones de toneladas, muy por encima de los volúmenes de campañas anteriores. Este salto productivo responde principalmente a rendimientos récord del cultivo, apoyados por condiciones climáticas favorables y una superficie sembrada que se mantiene estable respecto de años recientes.
Sin embargo, este desempeño exponencial del cereal no se traduce en un ingreso de divisas equivalente para la economía argentina. Este desbalance se debe a que el precio internacional del trigo se encuentra en niveles muy bajos, cercano a mínimos del siglo, lo que limita el valor total de las exportaciones pese al incremento en volumen.
Con alrededor del 65% de la producción destinada al mercado externo (unos 17,5 millones de toneladas) y un precio medio estimado alrededor de USD 200 por tonelada FOB. El ingreso por exportaciones de trigo para la campaña 2025/26 rondaría los USD 3,5 mil millones. Este monto representa un crecimiento respecto a la campaña anterior, pero queda lejos de los máximos históricos en términos reales registrados en temporadas previas.
¿Cómo se explica este fenómeno?
Al compararla con la campaña 2021/22, la cual continúa siendo récord en valor generado, el ingreso esperado por exportaciones de trigo de la actual campaña sería aproximadamente 26% inferior en términos reales, a pesar de que las cantidades exportadas serían alrededor de 25% superiores. Esto pone en evidencia que el desafío no está solo en producir más, sino en obtener mejores ingresos por cada tonelada cosechada.
Este contexto obedece, en gran medida, a una fuerte caída en los precios internacionales del grano, que neutraliza el efecto de mayores volúmenes. El escenario global de precios bajos presiona el ingreso de divisas para un país que depende fuertemente de los agroexportadores para nutrir sus reservas de moneda extranjera y equilibrar su balanza comercial.
Además, existen factores internos que también influyen, como los costos de producción en dólares relativamente elevados, las distorsiones cambiarias y un régimen impositivo que sigue siendo objeto de debate dentro del sector agroindustrial argentino. En este sentido, analistas señalan que avanzar hacia la eliminación de derechos de exportación del trigo fortalecería la competitividad del país y ayudaría a que el salto productivo se refleje en mayores ingresos genuinos para productores y para el país.
El trigo argentino alcanzó cifras de producción sin precedentes, consolidando al país como uno de los grandes productores del hemisferio sur. No obstante, la caída de precios internacionales y la estructura de comercialización vigente impiden que ese éxito productivo se traduzca en una significativa recuperación de las divisas que tanto necesita la economía nacional.
El desafío para los próximos meses será implementar medidas que permitan capturar mejor valor por tonelada exportada, equilibrando la rentabilidad para los productores con el ingreso de dólares al país. Solo así este récord de producción podrá contribuir de manera sustancial a la fortaleza económica argentina.