Julio Calzada, director de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), expresó su preocupación por el impacto de las lluvias extraordinarias que azotaron en las últimas dos semanas el noreste de la provincia de Buenos Aires, afectando seriamente la cosecha de soja y complicando el inicio de la siembra de trigo.

"En Chacabuco llovieron 370 milímetros en apenas 72 horas, Rojas acumuló 290, el registro más alto en 28 años para un mes así y Baradero 258 milímetros", detalló Calzada en diálogo con radio Chacra Agro Continental. Estas precipitaciones, que en algunos lugares representaron hasta el 95% del promedio anual, llegaron en el peor momento: "Muchos productores no habían levantado la soja y ahora enfrentan pérdidas de calidad y dificultades para sembrar trigo", lamentó.

Cabe destacar que, desde el 6 de mayo, el equipo técnico de GEA venía advirtiendo sobre condiciones propicias para tormentas violentas. "Era una lástima, porque todo venía bien, las reservas de agua en el suelo eran muy buenas en varias zonas productivas clave como el norte y noreste bonaerense, sur y centro de Santa Fe y oeste de Córdoba", explicó Calzada. Sin embargo, las lluvias arrasaron con el optimismo.

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El especialista también analizó los factores climáticos detrás de los fenómenos recientes. "Estos eventos extremos están vinculados a la interacción del fenómeno del Niño y las masas de aire cálido provenientes del Atlántico. En enero y febrero fue el Atlántico el que aportó humedad y evitó una catástrofe mayor en la cosecha de soja, que terminó mejor de lo que se proyectaba", afirmó. No obstante, aclaró que esta misma combinación está detrás de las lluvias inusuales de las últimas semanas.

En un análisis más amplio, Calzada recordó que Argentina arrastra tres campañas complicadas, incluyendo la peor sequía en 50 años durante la 2022/23. Aunque destacó que en otras regiones del país la situación es mejor, con buenas reservas de agua y perspectivas favorables para la siembra fina y la próxima campaña gruesa, advirtió que habrá un impacto en la estimación de producción total. "Teníamos proyectado alcanzar 135 millones de toneladas entre todos los granos, pero con estos eventos climáticos será difícil llegar a esa cifra", reconoció.

También alertó sobre el deterioro de los márgenes agrícolas en los últimos tres años, especialmente en soja de primera, y la falta de recuperación de los precios internacionales tras el pico generado por la guerra en Ucrania. "La tregua comercial de 90 días entre Estados Unidos y China es clave. Si se reactiva el conflicto, la caída de precios en Chicago nos va a afectar a todos", advirtió.

Calzada concluyó con una visión equilibrada: "La situación es compleja, pero hay sectores con buenas condiciones climáticas. Sin embargo, las decisiones de política económica deben acompañar especialmente a los más afectados".