En el contexto del debate desatado tras la presentación en la Legislatura bonaerense de un proyecto para gravar las emisiones de metano bovino, medida conocida como Tasa Ambiental sobre el Metano (TAMBA), desde CARTEZ expresan su enérgico repudio a esta iniciativa. A juicio de la entidad, se trata de una manifestación más de "la vieja política" que intenta descargar cargas adicionales sobre quienes producen.

La propuesta, impulsada por la diputada Lucía Klug, busca gravar las emisiones generadas por la ganadería en la provincia de Buenos Aires con el argumento de mitigar el cambio climático. Organismos del sector como CARBAP y CRA han cuestionado la iniciativa, argumentando que carece de sustento técnico, confunde emisiones naturales con contaminación, y termina aumentando la presión impositiva sobre un sector ya gravado.

Desde CARTEZ se comparte esa visión: esta medida no representa una solución ambiental confiable, sino una forma de imponer "otra tasa a la matriz productiva" bajo pretextos ambiguos. Creen que semejantes decisiones no sólo desincentivan la producción, sino que también comprometen la competitividad, la generación de empleo y el sustento de miles de familias vinculadas al campo.

Más aún, señalan que lo que se requiere no es agregar impuestos, sino promover políticas públicas eficaces que estimulen la producción, generen trabajo genuino y contribuyan al desarrollo federal. Por eso llaman con urgencia a quienes toman decisiones a orientar sus esfuerzos hacia herramientas productivas, no recaudatorias, que fortalezcan al sector y al país.

En definitiva, CARTEZ rechaza la TAMBA y advierte que este tipo de iniciativas representan un serio retroceso para la producción agropecuaria y el empleo rural.