China impondrá aranceles del 55% a la carne vacuna y obliga a la Argentina a repensar su estrategia productiva
El gigante asiático aplicará desde 2026 cuotas y un arancel adicional del 55% a la carne importada, afectando a los principales proveedores globales. Desde CICCRA advierten que el desafío pasa por producir más carne sin aumentar el stock, elevando el peso de faena y con financiamiento adecuado.
El gobierno de China anunció que a partir del 1° de enero de 2026 aplicará un régimen de cuotas de importación y aranceles adicionales a la carne vacuna importada, una decisión que impactará directamente en los principales países proveedores del mercado chino, entre ellos Brasil, Argentina, Uruguay, Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos.
La medida surge tras una investigación de salvaguardia comercial impulsada por asociaciones ganaderas chinas, que concluyó que el fuerte aumento de las importaciones en los últimos años generó perjuicios sobre la producción local. En respuesta, Beijing resolvió implementar un sistema de cupos anuales por país, con un arancel adicional del 55% para los volúmenes que excedan esos límites.
Los países más afectados por el nuevo esquema
Para 2026, China fijó un cupo global cercano a 2,7 millones de toneladas de carne vacuna que podrán ingresar sin el arancel adicional. Dentro de ese esquema, Brasil contará con la mayor cuota asignada, con más de 1,1 millones de toneladas, seguido por Argentina, con alrededor de 511 mil toneladas, y Uruguay, con unas 324 mil toneladas.
También estarán alcanzados Australia y Nueva Zelanda, que dispondrán de cupos similares, cercanos a las 200 mil toneladas cada uno, mientras que Estados Unidos tendrá una cuota menor, en torno a las 160 mil toneladas. Una vez superados estos volúmenes, la carne importada desde cualquiera de estos países quedará gravada con un arancel adicional del 55%, encareciendo de manera significativa el acceso al mercado chino.
La decisión tiene un impacto directo sobre los países del Mercosur, que concentran una parte sustancial de las exportaciones de carne vacuna hacia China, así como sobre los proveedores de Oceanía, que habían incrementado sus envíos en los últimos años.
Cambios estructurales en la ganadería argentina
El informe de noviembre de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA) señala que el vínculo comercial con China ya produjo cambios estructurales en la ganadería argentina desde la apertura de ese mercado en 2012, lograda por el IPCVA con el acompañamiento de las autoridades nacionales.
"Desde la apertura del mercado chino, la faena de hembras aumentó porque la vaca pasó a tener un valor interesante. Hoy la mayoría de los productores no deja vacas secas en el campo para darles otra oportunidad, sino que prefieren retener vaquillonas propias o intercambiar entre una vaca y media o dos vacas secas por una vaquillona", explica el informe.
Según CICCRA, este proceso derivó en un rejuvenecimiento del rodeo de vacas y en una mejora de la relación ternero/vaca, lo que permitió elevar la faena de vacas hasta el 47%-48% sin provocar una caída abrupta del stock total. No obstante, advirtieron que el país aún no logró recuperar las 12,5 millones de cabezas perdidas entre 2007 y 2009, durante la gestión de Guillermo Moreno en la Secretaría de Comercio, período agravado por la fuerte sequía de 2009. De ese stock perdido, apenas se recuperó entre un 5% y 7%.
Más carne sin más stock: la propuesta del sector
Frente al nuevo escenario internacional y al debate sobre la necesidad de aumentar la producción, desde CICCRA plantearon una alternativa para incrementar rápidamente la oferta de carne sin necesidad de expandir fuertemente el stock, un proceso que demandaría entre cuatro y cinco años.
"Creemos que sería más rápido y más económico aumentar el peso de faena, llevándolo de los actuales 232 kilos por res a unos 282 kilos, es decir, 50 kilos más por animal", señala el informe. Con esa mejora, y manteniendo el mismo nivel de faena, la producción podría crecer un 20%, lo que equivaldría a unas 600.000 toneladas adicionales de carne.
De acuerdo con la entidad, este objetivo podría alcanzarse en un plazo de dos a tres años, siempre y cuando se creen las condiciones adecuadas. En ese sentido, remarcaron la necesidad de que la banca oficial implemente líneas de crédito a valor producto, con tasas de interés no superiores al 4%-6% anual, como herramienta clave para incentivar la inversión y mejorar la eficiencia productiva.
Un nuevo escenario para la carne argentina
La imposición de cuotas y aranceles por parte de China introduce un nuevo desafío para la cadena cárnica argentina, que deberá adaptarse a un mercado más restrictivo, al tiempo que enfrenta el debate interno sobre cómo aumentar la producción y la competitividad sin comprometer el stock.
En ese contexto, las decisiones de política productiva y financiera serán determinantes para definir si la Argentina logra capitalizar su potencial exportador en un escenario global cada vez más condicionado por barreras comerciales y estrategias de protección interna.

