Las autoridades de la Generalitat de Cataluña han anunciado que los primeros análisis genéticos encargados por el Govern descartan que el brote de peste porcina africana (PPA) detectado en jabalíes en el área de Collserola tenga su origen en una fuga del laboratorio de sanidad animal IRTA-CReSA, ubicado en Cerdanyola del Vallès (Barcelona).

La secretaria general del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Cristina Massot, y el investigador Toni Gabaldón, director del grupo de Genómica Comparada en el Institut de Recerca Biomèdica de Barcelona (IRB), ofrecieron los detalles de la comparación genética entre las muestras del virus detectado en la naturaleza y las que conservaba el laboratorio. Según explicaron, no se ha encontrado ninguna coincidencia que vincule directamente los virus del brote con las cepas con las que trabajaba IRTA-CReSA.

"En ningún caso hemos encontrado una coincidencia entre el virus del brote y las muestras analizadas en el laboratorio", enfatizó Gabaldón, subrayando que la variante encontrada en los jabalíes presenta diferencias genéticas -incluidas mutaciones y una gran eliminación de material genético- que no constan en las colecciones de IRTA-CReSA ni en las bases de datos internacionales consultadas.

Resultados preliminares y prudencia oficial

A pesar de estos resultados, las autoridades han pedido prudencia. El conseller de Agricultura, Òscar Ordeig, señaló que, aunque los análisis promovidos por el Govern "descartan por el momento" un origen vinculado al laboratorio, la investigación continúa y faltan por llegar los resultados oficiales del Laboratorio Central de Veterinaria (LCV) de Algete (Madrid), designado como laboratorio de referencia nacional para la PPA.

Ordeig insistió en que estos informes definitivos son necesarios para confirmar o descartar de forma concluyente cualquier vínculo con instalaciones científicas. Asimismo, recordó que las cifras de casos positivos entre la fauna silvestre continúan aumentando dentro del área delimitada del brote.

Un brote en expansión y medidas de contención

El primer foco de PPA fue detectado a finales de noviembre pasado en jabalíes muertos en el entorno del parque natural de Collserola, marcando los primeros casos confirmados en España desde 1994. Desde entonces, se han confirmado cerca de 29 casos positivos dentro de un radio de seis kilómetros, donde las autoridades han establecido restricciones de acceso, barreras físicas y operaciones de captura y eliminación de animales para contener la expansión del virus.

Las autoridades agrarias y veterinarias han activado planes de contingencia en coordinación con el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación, que además ha impuesto restricciones fitosanitarias sobre la exportación de productos porcinos desde las zonas afectadas, siguiendo los protocolos de la Unión Europea.

El laboratorio bajo lupa y el contexto científico

El IRTA-CReSA, un centro dedicado a la investigación en sanidad animal, había sido objeto de inspecciones y análisis exhaustivos tras la aparición del brote debido a su proximidad al epicentro inicial. Según fuentes oficiales, la posible relación con el laboratorio fue una hipótesis entre varias que investigan los expertos, que también barajan orígenes alternativos, como la introducción del virus a través de fauna o material contaminado procedente del exterior.

Este virus, altamente letal para cerdos domésticos y jabalíes, no representa riesgo para la salud humana, pero posee un gran impacto económico para la industria porcina, dado que conlleva la suspensión de exportaciones a mercados sensibles y la implementación de costosas medidas de bioseguridad.