El semáforo de junio: luces rojas para varias economías regionales, pero señales positivas en ganadería
Mientras la ganadería muestra señales positivas, varias producciones siguen en crisis por la pérdida de rentabilidad. El informe de junio advierte sobre precios retrasados frente a la inflación y un mercado interno presionado.
Coninagro presentó su informe mensual con datos de junio 2025. El Semáforo de Economías Regionales refleja las fuertes disparidades en el desempeño productivo, comercial y económico del campo argentino. Las actividades ganaderas muestran mejoras, mientras que sectores como arroz, papa, cítricos y yerba mate enfrentan importantes dificultades.
El último informe publicado por la entidad sobre el estado de las economías regionales revela un panorama dispar en el agro argentino. El llamado "Semáforo de Economías Regionales" ofrece una herramienta visual para simplificar la complejidad del sector, analizando el desempeño de cada actividad en tres dimensiones: negocio (precios y costos), productivo (área, stock y producción) y mercado (exportaciones, importaciones y consumo).
Rojo: el desafío de sostener el negocio
Varias producciones continúan en zona crítica. Entre ellas se encuentran la yerba mate, arroz, papa, peras y manzanas, vino y mosto, cítricos dulces y mandioca. El principal problema radica en el componente "negocio": los precios permanecen retrasados o en caída frente a una inflación interanual del 43,5%, mientras que los costos siguen en aumento. Este desfasaje golpea la rentabilidad, incluso en casos donde la producción creció.
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Por ejemplo, en arroz, a pesar del aumento del 15% en área sembrada y del 23% en producción, el precio cayó 28% interanual. Algo similar ocurre con la yerba mate, cuyo precio bajó un 9% en términos reales, aunque con un aumento del 21% en consumo.
La papa, en tanto, registró una baja interanual de precios del 16% frente a un alza de costos del 17%. A pesar de un aumento del 10% en área sembrada, la ecuación sigue siendo desfavorable. En cítricos dulces, la caída de precios interanual fue del 18%, con costos que crecieron 24%.
Verde: ganadería con buenos signos
En contraste, las producciones ganaderas -bovinos, porcinos y ovinos- aparecen en verde, mostrando una evolución positiva en los tres componentes analizados. La mejora en precios por encima de la inflación es el principal motor. En porcinos, por ejemplo, los precios subieron un 76% interanual, mientras que el stock creció un 4% y las exportaciones se dispararon un 485%.
El sector ovino también tuvo una suba de precios del 89%, superando incluso a la inflación, con un incremento del 206% en exportaciones y una baja del 46% en importaciones. En bovinos, si bien hubo una caída mensual del 6% en los precios, la mejora interanual fue del 57%, acompañada por un incremento del 21% en las exportaciones.
Amarillo: sin señales claras
Nueve actividades se ubican en el color amarillo, sin mostrar variaciones marcadamente positivas ni negativas. Tal es el caso del maní, donde los precios cayeron un 12% interanual, pero la producción aumentó un 22% y las exportaciones un 73%. Lo mismo ocurre con el tabaco, que mantuvo estables sus precios y mostró una mejora en las exportaciones del 113%.
El sector lechero tuvo un comportamiento moderado: precios y costos por debajo de la inflación (20% y 26%, respectivamente), aunque con un alza significativa del consumo per cápita (+25%).
Exportaciones como vía de alivio
En general, el componente "mercado" mostró resultados alentadores, ya que muchas economías regionales encontraron en las exportaciones una vía de escape frente a los problemas del mercado interno. No obstante, también crecieron las importaciones, como consecuencia de la normalización de pagos, la apreciación del tipo de cambio y la apertura comercial.
El informe resalta, por ejemplo, que las exportaciones de arroz aumentaron un 200%, mientras que las importaciones lo hicieron un 123%. En hortalizas, el panorama fue adverso: las exportaciones cayeron un 37%, pero las importaciones se dispararon un 200%.
El semáforo de junio 2025 deja en claro que el campo argentino está lejos de una realidad homogénea, y que las políticas públicas deberán contemplar estas diferencias si se quiere sostener la producción y el empleo en todas las regiones del país.