Las inundaciones llegan al campo y complica la producción
Las lluvias extremas que afectan a Corrientes provocaron evacuaciones, anegamientos y crecidas de los ríos Paraná y Uruguay. En el interior, el exceso de agua golpea de lleno al sector rural, con campos bajo agua y productores aislados.
La provincia de Corrientes atraviesa un escenario crítico de emergencia hídrica como consecuencia de intensas y persistentes precipitaciones que, en algunos puntos, superaron ampliamente los promedios históricos. Si bien la situación ha generado evacuaciones y complicaciones en zonas urbanas, el sector rural también se encuentra fuertemente afectado, con campos anegados, caminos intransitables y productores aislados.
Según datos oficiales, alrededor de 413 personas debieron ser evacuadas y alojadas en escuelas y gimnasios municipales, mientras continúa el monitoreo permanente de la crecida de los ríos Paraná y Uruguay, cuyos niveles podrían generar nuevas situaciones críticas en poblaciones costeras y parajes del interior provincial.
Durante los últimos días, distintas localidades correntinas registraron acumulados de hasta 300 milímetros de lluvia, lo que provocó saturación del suelo, colapso de desagües pluviales, anegamientos generalizados y la interrupción de servicios esenciales como el transporte y la energía eléctrica. Este escenario no solo impacta en las ciudades, sino que se extiende a vastas zonas rurales donde el exceso de agua compromete la actividad productiva.
En el ámbito agropecuario, las lluvias intensas dejaron campos ganaderos y agrícolas bajo agua, afectando pasturas y dificultando el manejo del ganado. A su vez, numerosos caminos rurales quedaron intransitables, lo que complica el traslado de animales hacia mercados y frigoríficos, el acceso a insumos y la llegada de asistencia a pequeños productores y familias rurales que permanecen aisladas.
Productores del interior advierten que la saturación de los suelos y los anegamientos prolongados pueden generar pérdidas productivas, tanto por el deterioro de las pasturas como por las dificultades logísticas para sostener la actividad en el corto plazo. En economías regionales sensibles a los excesos hídricos, el impacto podría sentirse en las próximas semanas si las condiciones no mejoran.
Ante este panorama, Gendarmería Nacional Argentina, Prefectura Naval Argentina, Defensa Civil, Bomberos y fuerzas policiales provinciales trabajan de manera coordinada en el marco de un Comité de Crisis. Además de las evacuaciones preventivas, los operativos incluyen el traslado de materiales, insumos y ayuda humanitaria hacia centros de refugio, así como tareas de seguridad ciudadana y vial en las zonas más comprometidas.
Las fuerzas federales también mantienen un seguimiento constante del comportamiento de los ríos, clave para anticipar nuevas evacuaciones tanto en áreas urbanas como rurales. En varios parajes del interior, la asistencia se ve condicionada por el estado de los caminos, lo que obliga a desplegar recursos especiales para llegar a las comunidades afectadas.
Mientras persisten las lluvias y la acumulación crítica de agua, el sector rural correntino permanece en alerta. La emergencia vuelve a poner en evidencia la vulnerabilidad de la producción agropecuaria frente a eventos climáticos extremos, cada vez más frecuentes, y la necesidad de fortalecer los sistemas de prevención, infraestructura hídrica y asistencia para mitigar el impacto sobre productores y poblaciones rurales.

