Algarrobo blanco: biotecnología y ciencia local para recuperar un gigante autóctono
Un equipo del INTA y el CEPROCOR desarrolla un protocolo de cultivo in vitro para reproducir masivamente algarrobos blancos y frenar la pérdida de este recurso nativo estratégico
El algarrobo blanco es una especie nativa de Argentina que enfrenta desafíos de regeneración natural por la deforestación y la sobreexplotación de bosques nativos. En respuesta a esta problemática, un equipo del INTA junto con especialistas del centro de recursos fitogenéticos del CEPROCOR implementa técnicas de biotecnología vegetal para asegurar su conservación.
La técnica que están usando se basa en "unir" parte de una planta adulta con una planta muy joven, de solo 12 días. Esa parte adulta, que consta de una pequeña yema, se coloca sobre la plantita joven, y todo el proceso se hace en un laboratorio donde se controla la luz, la temperatura y los nutrientes, para que pueda crecer una nueva planta.
Según explican los investigadores del INTA, el éxito del procedimiento depende de varios factores, como la época del año, el tipo de planta joven que se elija y los productos que ayudan al crecimiento. Por ejemplo, cuando el microinjerto se realiza en primavera, las posibilidades de que la yema brote son tres veces mayores que si se hace en verano.
Este enfoque biotecnológico aparece como una alternativa concreta y prometedora frente a las dificultades naturales de regeneración del algarrobo blanco, ya que permite multiplicar ejemplares de manera eficiente, acelerada y con control genético. Además, se trata de una especie forestal de amplia distribución en Argentina, principalmente adaptada a climas áridos o semiáridos con suelos salinos, por lo que tiene un rol estratégico en ecosistemas donde pocas plantas sobreviven.
Por su carácter multipropósito, el algarrobo blanco proporciona madera, frutos, forraje, otros bienes forestales no madereros, y una serie de servicios ecosistémicos importantes. Convirtiéndolo en una especie de gran valor productivo y ambiental, ideal para restaurar suelos degradados y fomentar sistemas de producción sostenibles en zonas marginales.
Esta investigación abre una oportunidad concreta para conservar la especie y al mismo tiempo aprovechar sus funciones ambiental, productiva y social. Y de prosperar, se podrá generar material forestal de calidad para plantaciones, restauraciones, uso productivo o conservación, reduciendo la presión sobre los bosques nativos originales. De esta manera no sólo se rescata un recurso natural vital, sino que también muestra el potencial de unir ciencia, tecnología y producción sostenible en contextos difíciles.

