Crisis en el sector papero: sobreproducción y precios por el piso
La Federación Nacional de Productores de Papa alertó sobre la delicada situación que atraviesa la actividad. Una cosecha récord, una gran fábrica demorada y una demanda retraída generaron un escenario de quebranto para muchos productores.
La papa atraviesa uno de los momentos más complicados de los últimos años. Así lo advirtió en Chacra Agro Continental Alfredo Pereyra, presidente de la Federación Nacional de Productores de Papa, al señalar que los precios actuales no alcanzan ni siquiera para cubrir los costos de producción. Mientras los consumidores pagan entre 500 y 1500 pesos el kilo en góndola, los productores apenas reciben 100 o 120 pesos, lo que implica una pérdida directa para quienes trabajan la tierra.
"La semana pasada la papa estaba con muy poco precio. Hoy sube un poco por la lluvia, pero no es un precio real. Estamos recuperando solo un 20 o 30% de la inversión", explicó Pereyra. La causa principal de esta caída es, según el dirigente, una sobreproducción derivada de una cosecha "demasiado buena", que saturó el mercado interno.
Pero la sobreoferta no llegó sola. Pereyra detalló que buena parte de la siembra de este ciclo se hizo con la expectativa de abastecer a una nueva planta industrial que aún no entró en funcionamiento. "Se pensaba que esta fábrica iba a estar operativa a principios de año, pero no fue así. Esa papa que era para industria fue al mercado fresco y eso generó un exceso que desplomó los precios", explicó.
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En paralelo, el dirigente indicó que muchos productores están optando por no levantar la cosecha. "Hay gente que directamente no va a levantar la papa. Está pasando el disco y preparando la tierra para sembrar trigo", aseguró. Las condiciones climáticas tampoco ayudan porque con el clima invernal, las papas deberían estar guardadas, pero señala el productor que muchas siguen en el campo.
A la problemática se suma el ingreso de nuevos actores que apostaron al cultivo sin experiencia previa. "El año pasado fue un buen año y entró mucha gente que no tiene nada que ver con la papa, pensando que esta nueva fábrica iba a consumir mucho. Eso agravó la situación", agregó Pereyra.