El biodiésel argentino atraviesa su nivel más bajo de comercialización desde 2008
Entre enero y agosto de 2025, las ventas totales de biodiésel alcanzaron solo 0,64 millones de toneladas, el volumen más reducido en 17 años.
La industria del biodiésel argentino enfrenta uno de los momentos más críticos desde su creación. Según un informe elaborado por Guido D'Angelo y Julio Calzada, para la Bolsa de Comercio de Rosario, hasta agosto de 2025 la comercialización total alcanzó apenas 0,64 millones de toneladas (Mt), el nivel más bajo desde 2008, año en que el sector comenzaba a desarrollarse en el país.
El retroceso se explica principalmente por una profunda caída de las exportaciones, que totalizaron 0,14 Mt en los primeros ocho meses del año, un 52 % menos que en 2024. Este es el mínimo histórico de exportaciones desde la creación de la industria, muy lejos de los picos superiores a 1,5 Mt anuales registrados en los períodos 2011-2012 y 2016-2017.
En el mercado interno, el panorama tampoco resulta alentador: las ventas al corte de biodiésel -mezcla con gasoil- sumaron 0,5 Mt hasta agosto, con una baja interanual del 4 %. Aunque en el primer semestre las ventas mostraban una leve mejora respecto de 2024, la tendencia cambió a la baja en la segunda mitad del año.
Fuerte caída exportadora y cambios en la estructura del mercado
El contexto actual modificó la composición del mercado local. Mientras a comienzos de la década pasada más del 70 % del biodiésel argentino se destinaba al exterior, en lo que va de 2025 el 78 % corresponde al consumo doméstico y solo el 22 % a exportaciones, la menor participación externa de la que se tenga registro.
La pérdida de competitividad se asocia con el cierre del mercado estadounidense desde 2017 y las barreras arancelarias de la Unión Europea, que restringieron el acceso del producto argentino a sus principales destinos. A esto se suma la creciente competencia del biodiésel FAME con el HVO o "renewable diesel", que gana terreno en los países líderes del sector.
En el frente interno, la Ley 27.640 de Biocombustibles, sancionada en 2021, redujo la tasa de corte obligatoria del 10 % al 5 %, actualmente ubicada en 7,5 %, aunque con posibilidad de descender hasta el 3 %. Estos factores explican el alto nivel de ociosidad industrial, que podría superar el 75 % al cierre de 2025.
Argentina, con la mayor caída de producción de biodiésel a nivel mundial
A nivel global, 2025 marcaría el primer año con caída en la producción mundial de biodiésel desde la pandemia, según las previsiones de Oil World. Sin embargo, la contracción argentina sobresale: se proyecta una baja del 18 % respecto de 2024, ubicándose como la tercera producción más baja en la historia nacional, solo por encima de 2008 y 2023.
En términos relativos, Argentina lidera la caída productiva mundial, superada únicamente por China, que también enfrenta fuertes restricciones comerciales.
En 2017, año récord para la industria nacional, Argentina aportaba el 7,8 % de la producción global de biodiésel. Para 2025, esa participación se reduciría al 1,5 %, reflejando una contracción del 67 % respecto del pico histórico. En contraste, en el mismo período la producción creció 7 % en la Unión Europea, 144 % en Estados Unidos, 344 % en Indonesia y 119 % en Brasil.
Un escenario que exige nuevas políticas
La combinación de restricciones externas, cambios regulatorios internos y competencia tecnológica dejó a la industria argentina en una situación de fuerte retroceso, con capacidad instalada ociosa y escaso margen de recuperación.
En este contexto, los especialistas destacan la necesidad de revisar los mandatos de corte, promover incentivos a la producción y retomar el acceso a los mercados internacionales, para evitar que el país pierda definitivamente el rol que supo tener como uno de los principales exportadores mundiales de biodiésel.