En Entre Ríos, un estudio comparó esquemas de rotación y mostró que incluir soja de primera resulta más rentable
Un análisis técnico de seis campañas consecutivas concluyó que la rotación que incorpora soja de primera entre maíz y trigo ofrece mejores márgenes económicos y mayor estabilidad.
En la provincia de Entre Ríos, la soja, el maíz y el trigo conforman la base de las rotaciones agrícolas más frecuentes. Sin embargo, la decisión de incluir o no soja de primera en el esquema productivo genera impactos distintos tanto en el manejo agronómico como en los resultados económicos.
Un informe reciente comparó dos alternativas de rotación bajo un horizonte de seis campañas consecutivas:
Rotación A: Maíz Soja de primera Trigo con soja de segunda.
Rotación B: Maíz Trigo con soja de segunda.
El análisis se realizó con precios y costos de insumos constantes, a valores de la campaña actual, lo que permitió evaluar estrictamente los efectos de cada estructura productiva sin incorporar variables de mercado ni climáticas.
Diferencias en insumos y fertilización
La principal diferencia entre ambas rotaciones radica en la inversión en urea. En la Rotación B, el trigo sembrado tras la cosecha de maíz exige un mayor aporte de nitrógeno debido a la inmovilización que provoca el antecesor. Esto implica una aplicación extra estimada en 100 kg de urea, lo que representa un costo adicional de 62,5 dólares por hectárea. En cambio, en la Rotación A, el trigo sucede a la soja, lo que evita esta inversión.
Ver también: Dan por concluida la cosecha de maíz 2024/2025
En seis campañas, la estrategia B acumula un 20% más de costos en insumos que la A. No obstante, ese mayor gasto no se traduce en mejores márgenes, ya que el precio actual de la soja se mantiene significativamente más competitivo que el del trigo.
Precios y rendimientos
Según datos de las últimas cinco campañas (exceptuando la sequía 2022/23), los rindes de trigo superaron en promedio un 29% a los de soja de primera. Sin embargo, la soja cotiza un 48% más que el trigo en la pizarra de Rosario, lo que inclina la balanza a favor de la oleaginosa.
Incluso bajo un escenario de mayor rendimiento en trigo, la ecuación sigue favoreciendo a la rotación con soja de primera. Los cálculos muestran que, con un paquete tecnológico de alto nivel y rindes de referencia (maíz: 7.000 kg/ha; soja de primera: 3.000 kg/ha; soja de segunda: 2.500 kg/ha; trigo: 3.500 kg/ha), la Rotación A alcanza una rentabilidad del 9% en seis campañas, frente al 6% de la Rotación B.
Sensibilidad a los precios
Para que la rotación sin soja de primera iguale los beneficios de la alternativa con soja, se requerirían cambios drásticos en los precios relativos: un aumento del 35% en la cotización del trigo, o bien una combinación de suba del 15% en el cereal y una baja del 10% en la soja. También, una caída del 17% en el precio de la soja nivelaría los resultados.
El estudio concluye que, con precios y costos actuales, la inclusión de soja de primera entre maíz y trigo no solo resulta más rentable, sino que también aporta mayor estabilidad y sustentabilidad al sistema agrícola. La decisión de "saltear" la soja de primera, además de incrementar el costo en fertilizantes, no encuentra respaldo económico bajo el contexto vigente.