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Estudian en Entre Ríos la competencia entre especies de moscas de la fruta para mejorar su control

Investigadores del INTA Concordia analizan el comportamiento de tres plagas que afectan a frutales del litoral argentino, con el fin de desarrollar estrategias de manejo integrado más eficaces.

14 de Agosto de 2025

En la región del río Uruguay, los frutales enfrentan un desafío creciente: la presencia simultánea de distintas especies de moscas de la fruta que deterioran la calidad y el rendimiento de las cosechas. Ante los altos niveles poblacionales de la mosca del Mediterráneo (Ceratitis capitata) detectados por el Senasa, se declaró la alerta fitosanitaria en Concordia y Federación (Entre Ríos) y Monte Caseros (Corrientes), vigente hasta julio de 2025.

Frente a este escenario, un equipo del INTA Concordia estudia la interacción entre la mosca del Mediterráneo, la mosca sudamericana (Anastrepha fraterculus) y la mosca de alas manchadas (Drosophila suzukii), con especial interés en su competencia y coexistencia en frutales.

"Estas especies no solo dañan directamente la fruta, sino que también generan pérdidas económicas al limitar el acceso a ciertos mercados internacionales", señaló Valeria Viana, investigadora del INTA Entre Ríos.

Observaciones en campo y experimentos en laboratorio

El estudio combina relevamientos a campo y ensayos controlados en laboratorio. En el monitoreo se analizaron 32 especies frutales, identificándose ocho hospederos donde las tres moscas pueden convivir, aunque con preferencias distintas: la mosca sudamericana fue más frecuente en níspero, ubajay y ciruela; la del Mediterráneo en guayaba, mburucuyá y durazno; y la de alas manchadas en zarzamora y arándano.

En condiciones de laboratorio, se observó que un aumento en la densidad de larvas de D. suzukii reduce la supervivencia de las otras dos especies a un rango del 20-35 %. Además, las tres plagas mostraron preferencia por ovipositar en frutos no infestados, lo que explicaría la escasa presencia simultánea de las tres en un mismo fruto en campo.

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Hacia un manejo más sostenible

Estos hallazgos ofrecen pistas para diseñar estrategias de manejo integrado basadas en el comportamiento natural de las plagas. Según Viana, mantener las poblaciones por debajo del umbral de daño económico requiere una mirada integral sobre el entorno productivo, considerando hospederos alternativos, trampas, retiro frecuente de fruta caída y monitoreo constante.

También destacó la necesidad de vigilar frutos en bordes, cercos o patios vecinos, que pueden actuar como refugios y focos de reinfestación. "Conocer cómo compiten estas plagas y cómo seleccionan los frutos nos brinda herramientas valiosas para integrar técnicas de control más eficientes y sostenibles", concluyó la investigadora.

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