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La primera miel del país en obtener el Sello de Indicación Geográfica

La miel de azahar de limón tucumana se distingue por su color claro con aroma floral débil, sabor dulce con un dejo de acidez al final y sensación de cremosidad en el paladar.

23 de Junio de 2025

 Con aroma floral, sabor dulce con un dejo ácido y una textura cremosa, la miel de azahar de limón tucumana se transformó en la primera miel del país en obtener el Sello de Indicación Geográfica (IG), una distinción que no solo garantiza su origen y calidad, sino que también incrementó en un 25 % el valor recibido por los apicultores.

Este logro es fruto de más de 15 años de trabajo articulado entre el INTA Famaillá, instituciones públicas, universidades y asociaciones de productores locales. La distinción reconoce las características únicas del producto, determinadas por las condiciones climáticas, el tipo de suelo y los saberes regionales.

"El valor agregado otorgado por una IG se debe no solo a la ubicación geográfica y las características físico-químicas, sensoriales y biológicas del producto, sino también al conocimiento, las técnicas aplicadas y las prácticas locales que hacen a su obtención", explicó Alejandro Álvarez, del Área de Agroindustria y Agregado de Valor del INTA Famaillá.

Calidad asegurada y más ingresos

Desde el Laboratorio de Agroindustria del INTA se trabajó intensamente en la caracterización físico-química, sensorial y funcional de la miel, en articulación con el Conicet y la Universidad Nacional de Jujuy. El objetivo fue claro: dar valor agregado al producto y mejorar el ingreso de los pequeños productores apícolas.

Con la obtención del Sello IG, el desafío pasó a ser la implementación de buenas prácticas. Desde el INTA se impulsaron capacitaciones para que los productores cumplan con un riguroso Protocolo de Buenas Prácticas Apícolas y de Manufactura, que incluye desde el georreferenciamiento de apiarios, el tipo de productos sanitarios que pueden usarse en colmenas, hasta las condiciones edilicias de las salas de extracción y fraccionado, habilitadas por Senasa.

"Esto permitió mejorar la trazabilidad, genuinidad e inocuidad de la miel, y también profesionalizar el trabajo del sector apícola tucumano", aseguró Álvarez.

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Un alimento funcional

Los análisis también revelaron que esta miel no es solo deliciosa, sino que además tiene propiedades nutracéuticas. "Posee flavonoides con capacidad antioxidante, antimicrobiana y flebotónica, en especial hesperidina y hesperetina, lo que la convierte en un alimento funcional y saludable", afirmó el especialista.

Articulación público-privada

El proyecto contó con el respaldo de múltiples instituciones: INTA Famaillá, la Dirección de Ganadería y Alimentos de Tucumán, asociaciones de productores como la Cooperativa Norte Grande y la Asociación Civil Tucumana de Apicultura, universidades y el Punto Focal NOA de la Secretaría de Agricultura de la Nación.

Las auditorías anuales para asegurar el cumplimiento del protocolo son realizadas en conjunto por el INTA, la Universidad Nacional de Tucumán y organismos provinciales. A su vez, los análisis de la miel se realizan en laboratorios de referencia como el del INTA Famaillá, el Instituto Miguel Lillo y universidades del NOA.


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