Las napas suben y el agro siente el impacto: entre la humedad beneficiosa y los anegamientos

Desde mayo, el norte bonaerense recuperó los regímenes históricos de precipitaciones, generando una mayor disponibilidad hídrica para los cultivos. Un análisis del INTA Junín muestra cómo cambió el mapa de humedad en el último año.

20 de Octubre de 2025

A partir del mes de mayo, la zona norte de la provincia de Buenos Aires comenzó a recuperar los regímenes históricos de precipitaciones, una situación que impacta de forma directa en la actividad agropecuaria. El ascenso de las napas freáticas permitió una mayor disponibilidad de humedad en el suelo, favoreciendo el desarrollo de los cultivos. Sin embargo, esta mejora trae consigo un efecto no deseado: la aparición de zonas con anegamientos, especialmente en los ambientes más bajos.

Las napas suben y el agro siente el impacto: entre la humedad beneficiosa y los anegamientos
Las napas suben y el agro siente el impacto: entre la humedad beneficiosa y los anegamientos

Con el objetivo de analizar esta evolución, el INTA Junín, junto a la Universidad Nacional del Noroeste Bonaerense (UNNOBA) y la Asociación de Ingenieros Agrónomos de Junín, llevó adelante un análisis espectral de imágenes satelitales y el seguimiento de pozos destinados a medir la profundidad de las napas freáticas.

En el informe publicado recientemente por el INTA, se comparan las condiciones superficiales entre agosto de 2024 y agosto de 2025, revelando "cambios significativos en la distribución de humedad en el paisaje". Las autoras del trabajo, Guadalupe Tellería y Paula Melilli, de la Agencia de Extensión Rural de Junín, detallan que "en 2024 el 95% de la superficie se encontraba en condición de suelo seco, y el resto con agua superficial o anegamiento". En cambio, para este año, el análisis muestra que "el 11% de la superficie corresponde a zonas anegadas y el 3% a la aparición de suelos húmedos o saturados".

La mayor presencia de humedad también se refleja en el ascenso de las napas freáticas, con un incremento marcado tras las lluvias de mayo de 2025. No obstante, el relieve variable del distrito y la dinámica de las aguas subterráneas generan diferencias notables entre regiones: mientras que en zonas cercanas a la laguna El Carpincho los niveles freáticos se ubican a 77 centímetros de profundidad, en el sudeste del partido alcanzan los 2,8 metros.

Este escenario evidencia el equilibrio frágil que enfrenta el norte bonaerense: tras años de déficit hídrico, la recuperación de las lluvias devuelve vitalidad al agro, pero también expone los desafíos de la gestión del agua en territorios con relieve irregular y suelos con baja capacidad de drenaje.

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