Qué piensan los argentinos sobre la carne de pollo
Un estudio del CEPA, presentado junto al CINCAP, mostró que la mayoría de los consumidores asocia la carne de pollo con confianza, calidad y salud. Además, crece el interés por la trazabilidad y el proceso productivo.
El Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA) presentó la tercera edición de su estudio sobre hábitos y percepciones del consumidor argentino respecto de la carne de pollo. Los resultados confirman una imagen altamente positiva y una relación sólida entre el producto y las necesidades reales de los hogares.
El relevamiento, realizado cada cinco años, combinó métodos cualitativos y cuantitativos mediante encuestas a personas de entre 25 y 65 años en todo el país. Según el informe, más de la mitad de los encuestados consume carne de pollo entre una y tres veces por semana, consolidando su lugar en la mesa cotidiana.
Confianza, calidad y cercanía
El 69% de los consumidores prefiere comprar en pollerías, un dato que reafirma la asociación entre el canal tradicional y la confianza en el producto.
Entre las principales razones de elección, el 53% asocia el pollo con la salud, seguido por el precio competitivo (26%) y su versatilidad en la cocina (18%).
Estos atributos reflejan el equilibrio entre valor nutricional, accesibilidad y practicidad, factores que sostienen la preferencia de los consumidores por esta proteína.
Interés por la trazabilidad y la transparencia
El estudio evidenció que la transparencia se consolida como un valor en alza entre los consumidores argentinos. Un 87% manifestó interés en conocer el proceso productivo del pollo, su procedencia y las prácticas empleadas en cada etapa de la cadena.
Esta tendencia refuerza la importancia de la comunicación clara y confiable sobre el origen de los alimentos y la forma en que se elaboran, un aspecto cada vez más valorado en las decisiones de compra.
Aspectos a mejorar
Aunque la percepción general del consumidor es positiva, persisten algunos puntos de atención para la industria. Un 18% identifica como desventaja la posible manipulación química en la carne de pollo.
Respecto del compromiso ambiental, solo un 15% está totalmente de acuerdo con que la industria cumple con estándares de calidad que cuidan el medio ambiente, mientras que un 34% se muestra algo de acuerdo y un 37% permanece neutral, sin una opinión definida.
Estos resultados muestran que, si bien el producto mantiene un alto nivel de aceptación, existe margen para profundizar la comunicación sobre sustentabilidad, certificaciones y control de procesos.
En síntesis, la carne de pollo mantiene un alto nivel de confianza y aceptación en los hogares argentinos, con consumidores cada vez más atentos a la calidad, el origen y la forma en que se produce lo que comen.