La siembra de trigo en la región núcleo muestra un 70% de avance, pero la campaña no está exenta de complicaciones. A pocos días de finalizar junio, el panorama exhibe un contraste marcado entre el oeste, con condiciones óptimas, y el este, donde las lluvias persistentes impiden avanzar con normalidad, indicó un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario.

 Como consecuencia, se estima que se sembrarán 50.000 hectáreas menos que las previstas inicialmente, recortando la intención de 1,66 millones de hectáreas a 1,61 millones.

Según el relevamiento de la entidad, el foco de los problemas se concentra en el noreste y centro-norte de la provincia de Buenos Aires, donde los excesos hídricos complican seriamente la logística. 

Las lluvias del último fin de semana pasado (el informe fue publicado el 19 de junio) dejaron acumulados de entre 5 y 20 mm, con picos de 25 mm en localidades como Ramallo, San Pedro y Baradero. Allí, los suelos siguen sobresaturados, la cosecha de soja remanente está frenada y apenas un 20% del trigo previsto ha sido sembrado. "Se posterga la siembra, tenemos poco despacho de fertilizantes y el productor empieza a pensar en ciclos más cortos", explican los técnicos de la zona.

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En Pergamino, el avance es disparejo: mientras en Colón la siembra triguera superó el 70%, en Pergamino no alcanza el 40%. En tanto, en el sureste de Santa Fe, cerca del río Paraná, todavía no se implantó ni la mitad del área prevista.

El contraste con el oeste

Mientras tanto, en zonas como Corral de Bustos, el panorama es muy distinto. Allí, el avance alcanza el 90% y los perfiles de humedad son considerados los mejores de los últimos años. La campaña se perfila con rindes esperados de entre 40 y 42 qq/ha. Si bien los márgenes económicos limitaron decisiones de alta inversión en tecnología, se mantiene una expectativa de rendimiento estable y sin grandes sobresaltos.

Ciclos largos, siembra tardía y riesgo climático

Un punto de alerta es el retraso en la siembra de variedades de ciclo largo, cuya ventana óptima se cerraba el 15 de junio. Si bien muchos extenderán hasta fin de mes, los riesgos crecen. "Si diciembre es caluroso, estos ciclos son los más vulnerables. Y cambiar a ciclo corto no es sencillo por la falta de semilla", advierten desde Aldao. Las lluvias recientes, aunque menores, siguen reduciendo las jornadas útiles de trabajo en el campo.

Reservas hídricas: un arranque de invierno mucho más favorable

El invierno 2025 arranca con un nivel de reservas hídricas significativamente mejor que el del año pasado. En el 70% de la región núcleo, los perfiles de humedad están bien cargados. En contraste, en 2024 el avance de siembra también era del 65%, pero por falta de agua. Esta vez, el otoño cerró con un 30% más de lluvias respecto al año pasado, y en zonas como el noreste bonaerense, los registros superaron el 50% respecto al promedio estacional. Chacabuco, por ejemplo, acumuló 612 mm, triplicando el promedio del año anterior.

Maíz tardío y plagas: alertan por los "guachos" y la chicharrita

Aunque la campaña gruesa todavía está lejos, técnicos alertan por el descuidado manejo del maíz tardío. El exceso de humedad generó complicaciones en el control de maíces "guachos", que hoy presentan desarrollos avanzados. "Se ven muchos lotes con plantas de más de un metro y medio, lo que puede ser un gran problema si el invierno no trae las heladas necesarias. Además, preocupa el relajamiento en el monitoreo de chicharritas", advierten.

Así, la campaña triguera 2025 en la región núcleo transita un escenario cambiante, con zonas avanzadas y otras con serias demoras, en un contexto climático que mejora reservas, pero impone nuevos desafíos.