INFORME

Soja: prácticas clave para maximizar rendimientos en ambientes semiáridos

Desde el INTA señalan que una planificación agronómica adecuada puede marcar la diferencia en ambientes semiáridos.

3 de Octubre de 2025

Ensayos realizados por el grupo de producción agrícola del INTA San Luis en el marco de la Red de Cultivares de Soja (RECSO) confirmaron que una planificación agronómica adecuada puede marcar la diferencia en ambientes semiáridos. La correcta elección del grupo de madurez y la fecha de siembra, junto con el manejo del suelo, la inoculación y el monitoreo sanitario, se presentan como factores decisivos para superar el rendimiento promedio histórico en la provincia.

La importancia de la fecha de siembra y el grupo de madurez

Durante la última campaña, los ensayos mostraron que, incluso bajo condiciones de secano, la soja puede alcanzar altos niveles de productividad si se ajusta la estrategia a cada lote.

Belén Bravo, especialista del INTA San Luis, señaló que antes de elegir la variedad es fundamental conocer la capacidad de almacenamiento de agua, el período libre de heladas y el rendimiento objetivo del lote. Con esos datos, se define la fecha de siembra y el grupo de madurez más apropiado.

La investigadora advirtió que la soja es muy sensible al retraso en la siembra: "Por cada día de demora a partir de mediados de diciembre se pierde rendimiento potencial, por lo que conviene no demorar la decisión".

En los ambientes con buena disponibilidad hídrica, los materiales de madurez intermedia y larga (IVC, IVL y VC) fueron los que mejores resultados mostraron, frente a los grupos más cortos. Para facilitar la elección, Bravo recomendó el uso de herramientas como Cronosoja, que permiten anticipar momentos críticos del ciclo según la zona y el cultivar.

Manejo del suelo e inoculación

Ricardo Rivarola, investigador del INTA San Luis, remarcó que conservar la humedad en el suelo es clave para asegurar la emergencia del cultivo y reducir la competencia de malezas. En este sentido, un barbecho eficiente es determinante en ambientes con limitaciones hídricas.

Asimismo, destacó que la inoculación con Rhizobium sigue siendo una práctica esencial, ya que garantiza la fijación biológica de nitrógeno y reduce la necesidad de fertilización en la mayoría de los casos.

Sanidad y rotaciones estratégicas

Si bien la última campaña registró baja incidencia de enfermedades de fin de ciclo, los técnicos insistieron en la necesidad de mantener un monitoreo constante. Rivarola recordó que mancha ojo de rana y mancha marrón son las patologías más frecuentes y que conviene utilizar semillas de calidad, con buen paquete tecnológico, además de realizar un seguimiento temprano de los lotes.

También subrayó el valor de las rotaciones con gramíneas, que ayudan a interrumpir ciclos de patógenos y mejorar el control de malezas.

Claves para sistemas más sustentables

De cara a la próxima campaña, los especialistas coinciden en que la sustentabilidad en soja pasa por:

Medir y conservar la humedad del suelo

Elegir grupo de madurez y fecha de siembra correctos

Asegurar una buena inoculación

Monitorear la sanidad del cultivo

Mantener rotaciones diversificadas

"La integración de estas prácticas permite superar el promedio histórico de rendimientos en la provincia y afrontar con mayor solidez la variabilidad climática", concluyó Bravo

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