Exceso hídrico y suba de tasas: el doble desafío que enfrenta la ganadería
Las lluvias de los últimos días agravaron la situación en la región central del país, con anegamientos severos en Buenos Aires y Santa Fe.
Lo que venía siendo una campaña con condiciones climáticas relativamente favorables comenzó a complicarse en los últimos días. Según un informe de ROSGAN - Bolsa de Comercio de Rosario, las intensas lluvias del fin de semana pasado acentuaron el exceso hídrico en gran parte de la región pampeana, ampliando el área afectada por inundaciones.
Mientras que las precipitaciones fueron positivas para zonas con déficit hídrico como el sur de Córdoba, La Pampa y San Luis, en la franja central -especialmente en el centro-norte de Buenos Aires, sur de Santa Fe y sudeste de Córdoba- los suelos ya saturados no pudieron absorber más agua, generando graves anegamientos y cortes de caminos rurales.
En áreas críticas del centro y norte bonaerense, el escenario se describe como un "desastre climático", con campos bajo agua y movimientos de hacienda paralizados que recién podrían retomarse en las próximas semanas.
Feedlots con capacidad, pero con márgenes negativos
La situación climática obliga a muchos establecimientos mixtos, sobre todo en Buenos Aires, a replantear sus sistemas de invernada pastoril y recurrir al encierre a corral para la terminación de hacienda.
Los feedlots cuentan con espacio: al 1° de septiembre, el stock en corrales se ubicó en 1,98 millones de cabezas, con capacidad para recibir un nuevo pulso de animales. Sin embargo, el nivel de encierre cayó fuertemente en agosto, con un índice de reposición de apenas 0,76, el valor más bajo para ese mes en los últimos 15 años.
El informe explica que si bien parte de la baja responde a un factor estacional -menor oferta de invernada y una relación compra-venta más ajustada-, la principal causa está en los cambios en el escenario económico, particularmente la suba de tasas de interés.
De acuerdo con la Cámara Argentina de Feedlots (CAF), hasta hace un mes una operación típica de 130 días de engorde generaba una pérdida de $65.000 por cabeza al incorporar el costo financiero, con tasas cercanas al 30% anual. Hoy, con tasas aún más altas y sin mejoras en el resto de las variables, el resultado económico se torna todavía más negativo.
Un frente complejo
El sector ganadero enfrenta así una coyuntura complicada: exceso de agua que altera la logística y obliga a cambiar estrategias productivas, junto con un contexto financiero adverso que golpea directamente la rentabilidad del engorde intensivo.